Por @Alvy — 22 de septiembre de 2005

El otro día hablando del e-mail, de los teléfonos y los faxes nos acordamos del Télex. Recuerdo cuando era niño jugar con las enormes tiras amarillas de papel perforado, muy estrecho, que luego se convertían en mensajes, y que servían para almacenar copias. Todas las empresas incluían siempre su número de teléfono y télex en las tarjetas y papel con membrete, signo de seriedad y prestigio. Era como poner el fax hoy en día, aunque seguramente nadie lo usaría.

Al parecer el télex se remonta a 1920, la era de los teletipos. Por aquella época se inventó la Red Télex que en 1935 que unía muchos de esos teletipos. La velocidad era de 45,5 bits por segundo (lo del «medio bit» mola). Hasta 25 teletipos podían compartir una misma línea de larga distancia. Más adelante Bell Labs inventó la TWX (Teletype Wide-area eXchange) que era una red similar, que funcionaba a 75 bits por segundo.

Aunque sí que he mandado y recibido alguna vez un telegrama, nunca jamás he mandado ni recibido un télex.

Curiosamente, según la Wikipedia:

El télex internacional todavía está disponible a través de pasarelas de correo electrónico. Es la dirección de correo con unos prefijos numéricos o alfanuméricos que especifican el IRC [nota: no es el IRC para chatear online, sino la International Record Carrier, o red de télex] y cuenta del receptor. El Telex siempre ha tenido una función llamada «retrorespuesta» que sirve para pedirle a una máquina remota que envíe su dirección. Si se utiliza el Telex vía correo electrónico, esta dirección es la que el usuario remoto de telex debería emplear para conectar a un usuario de correo electrónico.
Me pregunto si todavía funcionará.

{Foto (CC) Sean Bonner @ Flickr.}

Actualización: Como nos cuenta Alex en los comentarios, las cintas de télex se llamaban cintas perforadas ITA2 TTY y en esa página se puede codificar texto en ITA2/Baudot a JPEG y PNG. ¡Qué bueno! Ahí va un mensaje «secreto» (35 caracteres):

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