Para muchos usuarios Google -el buscador- es sinónimo de Internet y les sorprende descubrir que en realidad es solo un servicio que a su vez funciona sobre solo una parte de la web, pues existen sitios como Tuenti que, en este caso por decisión propia, no aparecen en el buscador.
A algunos les suena que además ofrece un servicio de correo electrónico llamado Gmail, unas aplicaciones que se pueden usar a través de Internet -en la nube- llamadas Google Apps, e incluso un agregador de noticias llamado Google Reader.
Pero en realidad Google está sacando al mercado nuevos productos y servicios de manera continua, servicios que no siempre tienen el éxito que todos asociamos con su buscador, o con los que se encuentra con problemas para ponerlos a andar de la forma prevista.
Uno de ellos es, por ejemplo, Google Books, que se encarga de digitalizar libros para incluirlos en una base de datos sobre la que se pueden realizar búsquedas y que Google querría además habilitar como plataforma para que las editoriales puedan vender versiones digitales de sus libros, pero que se está encontrando con problemas legales a causa de los derechos de autor y de los deseos de las editoriales de que se limite lo que los usuarios pueden hacer con los textos disponibles en él. De hecho, mientras busca un acuerdo con las editoriales y el gobierno en los Estados Unidos, apenas hace unos días que la justicia francesa le ordenaba retirar un centenar de libros que habría introducido en él sin autorización.
Otro servicio que acaba de presentar es Buzz, una especie de red social mediante la que se añade a Gmail la posibilidad de recibir también las cosas que «buzzean» nuestros contactos, que pueden ser textos, fotos, vídeos, enlaces, o prácticamente cualquier cosa que se pueda colgar en la red. En apenas unos días hay ya literalmente millones de referencias a Buzz en la red, aunque muchas empiezan a ser ya acerca de como desactivarlo porque para muchos es simplemente demasiado la cantidad de información que pone en sus bandejas de entrada.
Y también la semana pasada se sabía de la intención de Google de montar un servicio de acceso a Internet a velocidades inusitadas, por ahora de forma experimental y con un número reducido de usuarios en los Estados Unidos, algo que si bien para la empresa podría servir para hacer pruebas de cara a una próxima generación de programas en la nube también envía un mensaje -intencionado o no- a César Alierta, el presidente de Telefónica, que en unas polémicas declaraciones hablaba hace poco de que los buscadores no pagaban por usar las redes de Telefónica y que eso tendría que cambiar.
Toda esta frenética actividad está haciendo que la imagen de Google de empresa simpática, cuyo lema es «no seas malo», esté empezando a cambiar, pues cada vez sabe más y más de lo que hacemos en Internet, pero lo cierto es que al menos se esfuerza por no dormirse en los laureles y a menudo obliga a la competencia a ponerse las pilas.
Y en cualquier caso a nosotros siempre nos queda la opción de no usar los servicios que ofrece.
{ Publicado originalmente en La Voz de Galicia, donde colaboramos habitualmente }