Por @Wicho — 25 de febrero de 2009

Esta página salió en la edición del domingo pasado de La Voz de Galicia, diario en el que nos han fichado como colaboradores para publicar una página sobre tecnología, ordenadores, Internet y esas cosas en la sección de Sociedad.

La Voz de Galicia 22-2-2009La vida social se va a Internet,
La Voz de Galicia 22 de febrero de 2009.

Servicios como MySpace y Facebook sirven para trasladar a la Red las relaciones que mantenemos en persona en el mundo real, pero todavía presentan algunas lagunas de privacidad

Uno de los servicios de moda en los últimos tiempos en Internet y de los que más se oye hablar son las llamadas redes sociales, pero, en realidad, aparte del hecho de que están en Internet no son ningún descubrimiento espectacular, ya que, aunque no seamos conscientes de ello, todos estamos metidos en varias de estas redes en nuestra vida diaria, incluso si no usamos Internet para nada.

La familia, los amigos, los compañeros de trabajo, la peña de los partidos de fútbol del fin de semana, la asociación de viticultura de la que somos socios; todos estos son ejemplos de redes sociales de las que formamos parte.
La diferencia fundamental entre estas y aquellas que están en Internet es que las segundas nos permiten formar parte de grupos o redes en los que la distancia física no es un problema, algo que en el mundo real sí lo es.

Por lo demás, la idea no es otra que poner en contacto a personas con intereses, gustos y aficiones comunes utilizando Internet, y la razón del éxito de estas redes no es otro que, como dice el tópico, somos animales sociales y nos encanta estar en contacto con otros para compartir historias, cotilleos, fotos, vídeos y otro tipo de archivos; muchas personas las están utilizando también para retomar el contacto con antiguos amigos a los que hacía tiempo que habían perdido la pista.

Probablemente, en este momento la red social más popular sea Facebook, con unos 175 millones de usuarios repartidos por todo el mundo, aunque en España es también extremadamente popular Tuenti: una red social lanzada en enero del 2006 por Zaryn Dentzel, quien, aprovechando hábilmente que en aquel entonces Facebook no tenía versión en español, ha conseguido hacerse con una gran base de usuarios que, según cifras que dan desde la empresa, ven hasta 10.000 millones de páginas al mes en el servicio, al que suben un millón de fotos al día. Y todo esto a pesar de que uno solo se puede dar de alta en Tuenti mediante la invitación de alguien que ya tenga cuenta en el servicio. Por cierto que, por lo visto, el nombre de Tuenti no viene del inglés twenty (veinte) como muchos creíamos, sino de «Tu entidad».

La popularidad de las redes sociales varía enormemente de país en país y en Brasil, por ejemplo, y para sorpresa de propios y extraños, la red social dominante es Orkut, un servicio creado por Google que en principio estaba orientado a usuarios angloparlantes.

Las redes sociales citadas hasta ahora son, por decirlo así, de interés general, pero también existen redes con enfoques más concretos, como, por ejemplo, pueden ser LinkedIn, donde se priman los contactos profesionales; Abuelos en la Red, cuyo nombre lo dice todo, o la de Bitacoras.com, orientada específicamente a los autores de blogs.

El fenómeno parece estar extendiéndose también a otros servicios y ahora ya no es raro ver calificados como redes sociales sitios como Flickr o YouTube, en los que efectivamente se puede marcar a otros usuarios como contactos y en los que también es posible unirse a grupos o foros determinados.

En los últimos días estos servicios, y en especial Tuenti, han sido fruto de una atención especial porque distintos medios de comunicación han usado los perfiles de los cuatro detenidos por el asesinato de Marta del Castillo en Sevilla para obtener fotografías e información acerca de ellos, lo que ha puesto sobre el tablero el asunto de la privacidad en las redes sociales, donde a menudo hay información muy personal.

En este sentido, hay que recordar que en realidad es responsabilidad de los usuarios leerse las condiciones de uso del servicio, lo que raramente hacemos, si es que lo hacemos en alguna ocasión. Igualmente, es el usuario el que decide cuánta y qué información introduce en estas webs y a quién se la muestra, algo a lo que por lo general no se le presta tampoco la suficiente atención.

Es un tema doblemente importante porque este tipo de servicios son especialmente populares entre los más jóvenes, con lo que no solo ellos, sino también sus padres o tutores y educadores, deberían estar muy al tanto de cómo usarlos.

También habría que plantearse hasta dónde hay que llegar a la hora de dar una información, pero ese es otro debate.

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