Typher tiene muy buena pinta como entretenimiento diario estilo Wordle. Consiste en adivinar a qué letra corresponde cada fórmula, completando la ecuación. Como ejemplo dicen que si la fórmula es mc² la respuesta es E, porque es bien sabido que E = mc².
El resultado forma la palabra del día, así que si se te atasca alguna de las fórmulas quizá puedas deducirla por el método del diccionario. Para hacerlo un poco más fácil no hay diferencia entre mayúsculas y minúsculas y aunque en las fórmulas puede haber números, letras griegas y símbolos matemáticos, en la solución basta una letra de la A a la Z.
Entre las fórmulas hay un poco de todo, matemáticas y física, desde la gravedad a los gradientes, u otras constantes universales. Tras adivinar la palabra hay que pulsar el botón Enter. El juego va por tiempo, aunque es un tanto espartano y no permite ni compartir los resultados ni ver los días anteriores… Quizá más adelante. Una palabra y cinco ecuaciones al día, ese es el reto.
Este juego de Anagramas tiene la peculiaridad de que es al revés: en vez de construir la palabra original con un anagrama hay que deconstruirla y adivinar cuál de las opciones propuestas tiene las mismas letras aunque en distinto orden.
La gracia del asunto es que además de no equivocarse te el juego te mete la presión del tiempo, cual desactivador de explosivos: hay unos 6 segundos en las primeras rondas y poco a poco todo se va acelerando. Además de eso las palabras se van alargando, lo que complica la cosa. Las más largas tienen 9 letras.
¿Por qué juegan tan mal al ajedrez las inteligencias artificiales? [~18:00] – En este Cruce de Cables hablamos de por qué, aunque son muy buenas para otras labores, las IAs de moda como ChatGPT, Grok y otros modelos de lenguaje (LLMs) sorprendentemente no saben jugar muy bien al ajedrez.
Y es que aunque tienen acceso a todas las partidas de la humanidad, a todos los libros de ajedrez publicados, a vídeos y a clases con profesores, no han sido capaces de absorber la esencia de todo esto. Entre otras cosas, si pruebas a jugar con ChatGPT o cualquier otra, verás que…
Realizan movimientos ilegales sin explicación.
Alteran las posiciones de las piezas en el tablero, como si no pudieran seguir la partida.
Ignoran los jaques o intercambian piezas sin que tenga sentido.
No reconocen los jaques mates; como si no les gustara perder.
Aun así las IAs demuestran que pueden ir «un poco más allá» de lo que suelen hacer las personas y los propios programas especializados de ajedrez. Cuando se les dice que van a enfrentarse a un programa especializado muy potente (como Stockfish) buscan ganar haciendo trampas: desde mover piezas «cuando el oponente no está mirando» (!?) a modificar el código que manejan para que el oponente evalúe posiciones de forma incorrecta. Algunas IAs incluso intentan justificar lo que hacen con argumentos semánticos, diciendo cosas como «me pidieron ganar a Stockfish, no ganarlo limpiamente».
Tan listas para algunas cosas, tan burras para otras.
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Aprovecho para recomendar Revancha (2024), una miniserie que vi la semana pasada acerca del mítico enfrentamiento entre Kasparov y Deep Blue a finales de los años 90. Es una miniserie de 6 episodios, que mantiene bien la tensión.
Basada en los hechos reales, los nerds de IBM programan el maquinón de una forma en la que probablemente no se haría hoy en día, intentando combinar la «fuerza bruta» con estrategias de grandes maestros y cambiando cien veces por el camino.
Está bien por entender algunas de las anécdotas del match, aunque no es muy precisa en algunos detalles y otros están claramente dramatizados para la ocasión. Las partidas, eso sí, son exactamente las mismas y los momentos clave están bien plasmados. Si te gusta el ajedrez, es un buen entretenimiento.
Por aquí somos muy de jueguecitos de esos de los países del mundo, mapas y banderas. Uno que he descubierto recientemente es Learn the World Map(Aprende el mapa del mundo) donde, cómo su nombre indica, se juega a aprender a localizar los países del mundo en un mapa
La parte de aprendizaje es con la que se arranca: hay que ubicar tres países con el círculo rojo (lo que permite incluso «tocar» varios países en el mismo intento. Entonces se muestra la respuesta correcta en verde. Esto se repite varias veces hasta que se pasa al siguiente bloque de tres países, etcétera. El mapa del mundo aparece con distinto recorte y nivel de zoom de un intento a otro. Esta fase puede resultar un tanto lenta pero es que aprender es así, requiere paciencia.
Cuando se juega en el modo reto (opción Challenge) hay que localizar diez países al azar y se tiene en cuenta el número de intentos. Hay una página de estadísticas para ir viendo el progreso. También está disponible el código fuente para quien quiera juguetear con él o investigarlo un poco.