Una empresa llamada Stoa fabrica las Cabinas Replay de videojuegos en un largo proceso artesanal: todas las creaciones son únicas de un modo u otro y los detalles están sumamente cuidados – aunque buscan ese efecto minimalista difícil de conseguir a veces.
Hay versiones de uno o dos jugadores (simultáneos) con diversos controles, desde un joystick y tres botones a dos joysticks y cuatro botones. Las pantallas guardan la relación de aspecto 4:3 de los primeros videojuegos –hay modelos con pantalla en vertical y horizontal– e incluye un generador de scanlines de vídeo para la imagen sea más realista.
La selección de juegos es amplia pero cada cabina se entrega con una selección ya comprobada, elegida por los clientes y un menú específico para que sea más fácil disfrutarlas. Donkey Kong, Ms. Pac-Man, Time-Pilot, Burger Time, Dragon Ninja, Ghoul’s and Ghosts, 1942 o Galaga son algunos de los títulos principales.
En la página web de Stoa puede leerse algo más sobre la historia de las cabinas y la motivación tras su creación. El precio ni se menciona, así que no será precisamente barato – más bien el clásico «objeto de colección» para los fans más pudientes.