La Arduboy, de la que ya hemos hablado por aquí alguna vez, es una pequeña mini-consola personal con tecnología Arduino sobre la que funcionan juegos de 8 bits escritos por gente corriente. A pesar de nombre y de su aspecto no funciona con juegos de Gameboy, pero eso es parte de la gracia. Su precio es de 49 dólares.
Aunque es un dispositivo que funciona con batería, pensado para llevar a cualquier lugar, John Park de Make construyó esta curiosa caja de mandos con un joystick tradicional y botones más grandes, todo para jugar en una minipantalla de 1,3 pulgadas de 128×64 píxeles en blanco y negro (!)
Es todo un ejemplo de retroinnovación montando los componentes en una caja de puros, la más universal plataforma física para hacer montajes e inventos que yo recuerde. Anda que no habré gastado yo cajas de puros de esas. (Ahora que lo pienso, ¿de dónde demonios las sacaría si en mi casa nadie fumaba puros?)
Hace tiempo que compré un kit de joystick tradicional de arcades para montar en una caja y usarlo con el emulador de máquinas recreativas (MAME u OpenEmu son mis favoritos). 14 euritos me costó. Todavía tengo el proyecto a medias, pero creo que con la Raspberry Pi 3 y una caja/maletín de madera similar acabaré montando algo parecido, aunque con la pantalla un poco más grande. El joystick es compatible USB y es una delicia, incluye siete botones que luego se configuran en el emulador. Lo más caro suele ser la pantalla (unos 50€-100€ las de 8" o 10" por ser HDMI, aunque sea de baja resolución).
Desde luego ver el vídeo de la Arduboy-en-caja-de-puros ha sido el momento más retrotecnológico del día.