C. Liam Brown ha creado una calculadora para «Hundir la flota», el popular juego de los barquitos al que todos hemos jugado de pequeños – ya sea en versión piezas de plástico o con lápiz y papel. Se puede probar o jugar un rato para entender la metodología.
Dejando aparte los «trucos psicológicos», el problema matemático-estratégico del juego es que averiguar cuál es la mejor casilla a la hora de disparar no es trivial: los cinco barcos típicos de una partida pueden colocarse de 30 093 975 536 de formas distintas: incluso comprobando todas las combinaciones a alta velocidad se tardarían horas en revisarlas todas para asignarles valores. El objetivo que nunca hay que olvidar es que se trata de elegir la mejor casilla; en otras palabras: la que ofrece mayor efectividad o probabilidad de acierto respecto a las demás.
Una vez el juego avanza el cálculo es más sencillo al haber menos barcos; mientras tanto lo mejor es calcular solo un conjunto más pequeño a modo de «muestra»; el razonamiento es que el cálculo de una simulación (al azar) para los barcos existentes arrojará más o menos los mismos valores que para el resto de disposiciones de esos mismos barcos sobre el tablero.
Los jugadores expertos saben que hay estrategias tales como colocar algunos barcos en los bordes para liberar menos casillas cuando quedan hundidos. Pero estas estrategias tienen sus réplicas exactamente opuestas, de modo que a veces jugar con ellas no es la mejor idea. La versión web del juego ofrece varias modalidades (incluyendo «Aprendizaje») y no juega nada mal. Aunque la versión «puramente probabilística» es bastante implacable y cruel, todo hay que decirlo.