Por Nacho Palou — 27 de enero de 2016

El vehículo a escala del vídeo alcanza unos impresionantes 329 km/h, lo que significa que, como se dice por ahí, en algún momento mientras estás viendo el vídeo puede ver cómo el vehículo se transforma de juguete a un arma mortal; a partícula escapada del acelerador de partículas del CERN.

Como sea, en esta modalidad de vehículos de competición a escala el bólido está atado al poste que hay en el centro del circuito de unos 20 metros de diámetro — el principio es parecido al de los aviones dirigidos por cable, salvo que en este caso el conductor no tiene ningún control sobre la dirección ni el acelerador del coche. Todo su afán es ir más y más rápido antes de quedarse sin combustible.

El vehículo puede estar propulsado por un motor de combustión —normalmente quemando alcohol— o por motores eléctricos. El récord de velocidad está actualmente en casi 345 km/h. Este VoltsWagen es un modelo para competición con motor eléctrico capaz de superar los 320 km/h en un buen día.

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¡Wow! Esta carrera de coches teledirigidos es más emocionante que las cinco últimas temporadas de F1, juntas — y no sólo por lo de adelantar a otros coches en pleno vuelo, saltando, que también.

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