Por @Alvy — 26 de enero de 2015

Hannah Fry de Numberphile nos explica gráficamente cómo unos matemáticos pusieron a un montón de chinos –literalmente, a 360 de ellos– a jugar 300 rondas de Piedra, Papel, Tijeras por parejas, ni más ni menos que 54.000 enfrentamientos, para observar las partidas y estudiar si era posible discernir alguna estrategia ganadora. Y escribieron un trabajo sobre ello.

La estrategia «defensiva» más clara en Piedra, Papel, Tijeras, que es jugar al azar, resulta bastante obvia para cualquiera que haya estudiado el juego con cinco años.

Lo que no es tanto es lo que descubrieron estos matemáticos. Dos importantes tendencias que suceden tras cada enfrentamiento y que pueden ayudar –científicamente hablando– a ganar en este maquiavélico juego:

  • Quienes ganan tienden a repetir
  • Quienes pierden tienden a cambiar

En base a estos sesgos naturales no es difícil desarrollar una estrategia mejorada, a saber:

  • Si pierdes: elegir en la ronda siguiente lo que hubiera ganado
  • Si ganas: elegir lo que no haya salido
  • Si empatas: elegir al azar

lo cual mejora a la larga tu probabilidad de ganar.

Lo que no explica Hannah es qué sucede si las dos personas conocen esta estrategia. Porque entonces, parafraseando al malévolo Vizzini de La princesa prometida: si el contrario sabe cuál es la estrategia ganadora entonces evitará el sesgo y buscará aprovecharse (por ejemplo no repitiendo si gana), de modo que habría que tenerlo en cuenta. Pero si él sabe que su oponente lo sabe, entonces hará otro tanto para aprovecharse de nuevo. De modo que habría que hacer creer que se sabe que el otro sabe que se sabe… (ad infinitum).

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