Por @Alvy — 7 de abril de 2020

Esta pieza de Vox Media cuenta la historia de las primeras tipografías de los videojuegos de 8 bits, las de los primeros juegos que llegaron a los salones de máquinas recreativas de los años 70 y 80. Fue algo que surgió de forma completamente natural y algo con grandes limitaciones que –como suele suceder– dio origen a una gran creatividad.

La principal limitación es que en aquella época los juegos se construían a partir de bloques de 8×8 bits. Las letras y números debían ser por tanto de 7×7 bits para dejar un espacio de separación entre caracteres. Una de las primeras versiones conocidas de ese tipo de tipografías era la de Quiz Show (1976), un juego de Atari que también se utilizaría en Sprint 2 (1976) para los marcadores.

Sprint 2

A partir de esa tipografía básica surgirían otras con ligeras variaciones, como las de Galaxians (con la W y la Y modificadas, como las naves del juego) y otros detalles caligráficos. Muchos de esos cambios los hicieron diseñadores de videojuegos japoneses, que ni siquiera conocían muy bien el alfabeto latino, añadiendo y quitando unos píxeles por aquí y otros por allí, además de jugando con el color tan pronto como estuvo disponible.

En el vídeo se entrevista a alguien que ha analizado el tema en profundidad: Toshi Omagari, un diseñador que ha analizado las tipografías de 240 juegos de la época en su libro Arcade Game Typography y que seguro que merece la pena por su valor tanto artístico como histórico.
ne pixel of horizontal thickness.

Como nota personal, recuerdo que cuando nos dedicábamos a programar videojuegos en la época de los 8 bits, la tipografía Sprint 2 –que naturalmente no llamábamos así, sino simplemente «la tipografía de Atari» o «del Pac-Man»– era tan básica, lógica y predecible que práctiamente podíamos dibujarla pixel por pixel sin errores sobre papel cuadriculado. Lo que vendría a ser «saberse una tipografía de memoria».

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