Por @Alvy — 31 de Marzo de 2016

Lonnie Johnson inventó el Super Soaker, el más famoso de los «rifles lanzadores de agua» con los que quien más quien menos habrá pasado un buen rato de remojo en alguna piscina o en la playa. Desde el modelo original los Super Soaker (ahora vendidos por Hasbro bajo la marca Nerf) evolucionaron en diversos modelos y actualmente se venden colecciones para zombies, agentes secretos y en versión «para casa y oficina» con dardos de goma. Hasta hay, ejem, una «versión para niñas rebeldes»… Como si acaso disparar flechas de goma requiriera tener pene, WTF.)

El diseño del Super Soaker utilizaba un ingenioso método para bombear y comprimir el aire en un depósito intermedio. En otras palabras: disparar agua simplemente con la presión del gatillo es más simple pero también ineficiente (así eran las primeras «pistolas de agua») porque apenas se transmite potencia al disparo, aunque no requiere tiempo de «recarga». Aquí es al revés: primero se bombea a mano para comprimir el aire y con apretar ligeramente el gatillo sale disparada el agua. Desventaja: el tiempo de recarga.

Super Soaker

Con el tiempo se diseñaron «armas» de este estilo con diversos depósitos, capacidad de bombeo, reservas y luego llegaron incluso los motores eléctricos. Los modelos del Super Soaker llevan un número: 10, 20, 50… cuanto más alto, mejor. Baste decir que el mortífero y legendario Super Soaker 300 tenía 3 depósitos externos y era capaz de disparar medio litro de agua a unos 10-15 metros. La última versión que existe es una bestia llamada Super Soaker 2000 MK2 que suelta un chorrazo de 1 litro a más o menos los mismos 15 metros: tiene el récord Guinness de poderío, de hecho.

Entre las asombrosas cifras que consiguió el invento Super Soaker están haber ingresado más de 1.000 millones de dólares en ventas a lo largo de su historia (desde 1989) y estar desde entonces todos los años entre los 20 juguetes más vendidos.

Pero no es ese el único invento de Johnson: también trabajó en bombardero B-2, en la Misión espacial Galileo y en un sistema de energía limpia mediante pila de hidrógeno. Así que este buen hombre queda automáticamente añadido a nuestra lista de inventores ingeniosos que no solo han trabajado en nuevos proyectos sino que también han hecho nuestra vida más divertida.

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