Paola Antonelli explica en una pequeña charla TED por qué el MOMA se decidió a incorporar a su colección permanente doce videojuegos el año pasado, y más importante, por qué les importa un bledo las críticas que se hicieron al asunto del tipo «es una aberración que Pac-Man pueda estar al lado de un Picasso».
Además de Pac-Man en esa colección aparecen algunos clásicos con especial significado artístico e histórico para la historia de los videojuegos, como son Tetris (la versión original soviética), Sim City, Marble Madness, EVE Online, Portal y otros menos conocidos por el público general tal vez, como Vib-Ribbon o Dwarf Fortress.
Ahora el MOMA quien comprar un 747.
Eso sí, no creo que puedan hacerlo caber en el edificio…