Chris Maddison dedicó un mes completo para construir esta versión Lego de un Viper Mark II, el caza monoplaza de la Flota Colonial en la serie de televisión Galáctica: estrella de combate. Mide unos 82 cm de longitud y pesa unos 10 kg, una cifra respetable y sólida.
El diseño de este Viper Mark II es la versión «moderna» de la serie (2003). A pesar de tratarse de un universo reimaginado, una especie de reboot, en uno de los episodios puede verse uno de los Viper de la serie original de los años 70, al que tratan como «pieza de museo».
En la ficción estos cazas son tremendamente maniobrables en manos de pilotos expertos, lo cual dota de un ambientillo de «escuadrilla de pilotos de combate» como los que hemos visto en tantísimas películas bélicas, topicazos incluidos. En uno de los mejores giros justificativos de la series de ficción, resulta que además muchos de los mandos del Viper son mecánicos e hidráulicos; a pesar de llevar ordenadores y sensores pilota preferiblemente de forma manual, como si tal cosa.
¿Cómo es esto posible en una civilización tan supuestamente avanzada como la de Galáctica? Sencillamente, para evitar las interferencias y hackeos de los Cylons, maléficos antagonistas robóticos de la humanidad capaces de controlar e interferir a distancia dispositivos electrónicos. Esta es, colateralmente, la razón por la que en la nave insignia de la flota la comunicación funciona «al estilo submarino»: con teléfonos con cable (!)