Keep Calm and Carry On…
Me topé estos días con una historia que lleva algún tiempo circulando y tiene todo los ingredientes de leyenda urbana de las buenas. Combina los temas clásicos del «pánico social», el secreto y la conspiración. Además, es fácil de entender y tan cotidiana y fácil de comprobar como sacar un billete de la cartera. ¡Tormenta perfecta!
Estamos en un escenario económico en el que podría producirse un desplome económico total en la Zona Euro: la moneda única podría desaparecer, o incluso hacerlo solo en algunos países y en otros no. Ante esa hipotética situación –dicen– en los países que estamos «al filo del desplome» sería conveniente para los ciudadanos acaparar billetes cuyo número de serie empiece por la letra X, frente a los que solemos ver en España que empiezan por V.
¿De dónde proviene esta afirmación? Hay que recapitular un poco. La salida de un país de la moneda única no es fácil de gestionar: los estados decidir o verse abocados a salir del euro. Pueden emitir nuevas monedas (Nuevos Dracmas en Grecia o Nuevas Pesetas en España, por ejemplo) y asignarles un cambio con el euro o el dólar – de modo que unas monedas tendrán más valor que otras internacionalmente, al tipo de cambio de cada momento. Pero seguirán en circulación y deberían aceptarse para cambiar billetes de euro provenientes de turistas y viajeros, del dinero que la gente tiene guardado en su casa, etcétera.
En casos extremos un gobierno puede llegar a forzar el cambio de moneda anulando en una fecha determinada el valor de los billetes y monedas antiguos (euros, en este caso). También podría forzar el cambio de la denominación de las cuentas bancarias de residentes en el país, los productos contratados (hipotecas, planes de pensiones, etcétera) así como otras barbaridades.
Pero quiera o no, habrá de aceptar de alguna forma el dinero que proviene del extranjero, en forma de efectivo traído por los turistas y viajeros – especialmente en una Europa donde haya libre circulación de personas. Esos billetes de euro serán en realidad «iguales» que los que se está intentando eliminar, de ahí el problema. Ante esto surgen situaciones realmente extrañas tales como cambios alternativos o mercados secundarios de monedas distintas a la oficial, algo que no es tan raro –ni negro– si tenemos en cuenta que existen unos cuantos países sin moneda propia, sin ir más lejos Andorra o El Vaticano.
Pero ahora viene el detalle interesante: No todos los billetes de euro son iguales. Ningún billete es idéntico a otro: todos tienen un número de serie diferente, además de un código de imprenta. Y en esa numeración, más concretamente la primera letra del número de serie, se indica el país emisor de dichos billetes. [Los amantes de los infinitos detalles técnicos del papel moneda encontrarán aquí más información: Los billetes del euro, en El Cedazo.]
En caso de un hipotético desplome del euro –con cada país salvando su culo como buenamente pueda– algunos países pueden querer seguir usando los mismos billetes de euro pero aceptando únicamente los emitidos por su banco nacional, o de cierta lista de países. El Banco de España tiene asignado los billetes que empiezan por V; el Deutsche Bundesbank –la garantía y seguridad ejemplificadas– la X. De ahí la leyenda: El objetivo es la X: guarda los billetes con X. Supuestamente, alguien en España podría preferir guardar esos billetes como un «papelito» con más garantías que un billete equivalente emitido por un Banco de España completamente hundido, en el que te obliguen a cambiarlo por x Nuevas Pesetas a un cambio desfavorable.
No sé de dónde proviene toda esta historia, pero encontré varias referencias interesantes al respecto. La más completa es quizá Coleccionad los billetes de euro con la “X” en Desgobierno, un blog sobre economía y política (donde, curiosamente, el 20% de sus lectores creen que el crash es inminente y ya están acaparando el dinero que tienen guardado en sus bancos). La misma conversación pero con variantes está en ForoPesetas.com. La verdad es que el resto de información que he encontrado no parece demasiado fiable ni proveniente de gente con conocimientos al respecto.
De ese artículo me gustaron especialmente algunas definiciones, por ejemplo la que reemplaza aquel antiguo texto de los billetes de «El Banco de España pagará al portador x pesetas…» por la más moderna:
Los billetes han sido siempre (al menos hasta 1971) unos «vales» que se podían cambiar en el banco emisor por una cantidad X de oro o plata. Es decir, son un título que representa un valor que se puede exigir ante el emisor. Son un derecho. Hoy en día ese derecho no es de cambio por un metal precioso, sino de pago por cualquier cosa que esté en venta, o pago de impuestos. La definición jurídica actual del dinero consiste en que todo el mundo tiene la obligación de aceptarlos como pago de una deuda. Tú le compras unas manzanas al frutero, tienes una deuda con él y la saldas de inmediato con el dinero. Él está obligado a aceptarlo. – Desgobierno
¿Cuál es, entonces, el estado de la cuestión respecto a esta historia? ¿Guardamos los billetes con X «por si acaso»? Mi conclusión es que todo es una leyenda urbana casi perfecta que no tiene mucho sustento. Aunque en los blogs y foros se pueden leer opiniones de entendidos, expertos y «supuestos expertos» es difícil entrever nada concluyente. Aparte de eso, no hay información al respecto en prensa especializada ni publicaciones de prestigio, ni siquiera noticias en Google News. Tampoco, por supuesto, se puede encontrar ninguna declaración oficial ni desmentido al respecto de bancos, del gobierno ni del Banco de España.
Algunos dirán que precisamente esa falta de información se debe a algún tipo de conspiranoia. ¡Ah, amantes de las historias raras! Hay quien incluso anda buscando «extraños billetes de 500 euros» que no deberían existir (!) España puede emitir billetes de 500€ pero no puede imprimirlos, y afirman que en algunos billetes las numeraciones y códigos de imprenta internacionales no coinciden (!!) También parece haber gente comprobando si las firmas de los billetes son de Trichet o Draghi, presidentes del Banco Central Europeo en distintas épocas. Todo ello en busca de dinero emitido e impreso supuestamente a escondidas por algunos países para evitar el pánico social y que las cajas de las sucursales quedaran vacías (!!!)
En definitiva: no parece haber base para esta leyenda urbana –aunque estaré encantado de añadir cualquier dato que pueda aportar algún entendido– y en cambio sí que tiene muchos de los elementos típicos de las historias falsas. Quizá se difunda todavía más en las próximas semanas o meses a medida que la incertidumbre económica continua. Mientras tanto, ya tienes algo para contar a quien te diga cagado de pánico que «atesores billetes con X»: Keep Calm!
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