Animales ejemplares. Por Juan Ignacio «Iñako» Pérez y Yolanda González. Next Door Publishers 2020. 288 páginas.
Aristóteles decía que la naturaleza aborrece el vacío, aunque esa frase que resume su pensamiento es de François Rabelais. Hoy sabemos que eso no es cierto. Pero si pensamos en la vida, al menos tal y como la conocemos, parece que sí que podríamos decir sin temor a equivocarnos mucho que la vida aborrece el vacío. O al menos aquellos nichos en los que no ha conseguido colarse y que intenta llenarlos todos.
Y es que según hemos ido explorando nuestro planeta y aprendiendo más de la multitud de seres vivos con la que lo compartimos hemos ido descubriendo vida en entornos en los que parece increíble que pueda existir. Esa habilidad de la vida para adaptarse a entornos tan distintos –algunos nos habrían parecido de ciencia ficción hasta no hace muchos años– es posible gracias a numerosas adaptaciones que los seres vivos hemos ido incorporando a lo largo de nuestra historia evolutiva, un proceso absolutamente fascinante a poco que uno se pare a pensarlo.
Pero algunas de esas adaptaciones se salen de lo normal y se pueden clasificar directamente de asombrosas. Si es que podemos hablar de normalidad en lo que se refiere al origen y evolución de la vida, claro. Y es ese asombro el que ha llevado a Iñako a seleccionar 39 animales y sus adaptaciones al medio –ya sea acuático, terrestre o aéreo– para sobrevivir y perpetuarse para incluirlos en este libro. Sirven como ejemplo de cómo los animales hacemos lo que sea –aunque sea de forma involuntaria y cuasi aleatoria de no ser por la evolución– para adaptarnos para mantener el ciclo de la vida; de cómo, en el fondo, no vivimos para nosotros mismos sino para aquellos que nos sucederán.
El libro se puede leer en el orden en el que está publicado –que va conformando una historia con las historias que cuenta– o saltando de capítulo en capítulo según nos llame la atención el animal al que está dedicado o aquellos animales que salen en él; en el libro se mencionan en total casi 90 animales, ya que en muchos casos toca hablar de la relación del protagonista del capítulo con otros animales.
He de decir que en este libro no sólo se disfruta de los estupendos textos dedicados a cada animal –precedidos siempre por una cita que viene al caso y seguidos de las fuentes de las que ha bebido el autor– sino también de las magníficas ilustraciones de Yolanda González. Como dice Iñako son ilustraciones en un sentido estricto, pues ilustran verdaderamente los textos y no están ahí sólo por ser preciosas. Que también.
Interior de Animales ejemplares
Eso sí, aunque Animales ejemplares existe en formato ebook el cariño con el que está diseñado y editado hacen que no tenga ninguna duda en recomendarlo en papel. De hecho me consta que –pandemia aparte– el libro tardó un poco más en salir de la imprenta de lo previsto porque el papel que había escogido la editorial para él no llegaba.
Se ha hecho de rogar –sé que Iñako llevaba años trabajando en él– pero este libro es uno de esos en los que se junta todo como para poder recomendarlo sin duda; es una verdadera labour of love por parte de todas las personas involucradas en él. Y una auténtica delicia para quienes amamos los libros.
Animales Ejemplares es, por cierto, el tercer volumen de la colección Lienzos y Matraces. El primero fue Botánica insólita, de José Ramón Alonso, también ilustrado por Yolanda González; el segundo Galápagos, de Natalia Ruiz y Silbia López de la Calle. Todos ellos comparten ese amor al detalle y al libro concebido como un todo.