Backroom Boys: The Secret Return of the British Boffin Francis Spufford. Faber and Faber, 2 de septiembre de 2004. ISBN: 0571214975. Inglés. [No hay edición en español]
Los backroom boys a los que se refiere el título son los científicos e ingenieros de bata blanca que hicieron del Reino Unido una potencia mundial en el campo de la industria, no en vano el país es la cuna de la revolución industrial, y la tesis del autor es que después de la Segunda Guerra Mudnial el país en conjunto decidió convertirse en otro tipo de sociedad, tipo de sociedad que el autor no describe en la que estos «científicos locos» no tenían lugar.
Con ello, argumenta, se produjo un abandono de este liderazgo industrial fuera de toda proporción, aunque no por ello dejó de haber éxitos, o lo que el autor considera como tales, como:
- El programa espacial británico, que el 28 de octubre de 1971 colocó en órbita el satélite artificial Prospero X-3 lanzado por un cohete Black Arrow que utilizaba un tipo de sistema de propulsión que sólo en los últimos años ha vuelto a ser considerado para los lanzamientos privados. Prospero sigue aún en órbita, y esta es tan estable que en realidad se espera que siga en órbita hasta 2040.
- El Concorde, el avión de pasajeros supersónico fuertemente subsidiado por los gobiernos británico y francés que el primero estuvo a punto de retirar del servicio a principios de los 80, cosa que no pudo hacer debido a los acuerdos al respecto firmados en su momento con el gobierno galo, aunque tras una serie de acuerdos que incluyeron ingeniería financiera avanzada British Airways consiguió finalmente operar su flota de Concordes sin perder dinero.
- La creación de Elite, uno de los juegos de ordenador más populares de todos los tiempos, creado inicialmente por un par de estudiantes de Oxford en sus ratos libres.
- El nacimiento de Racal Telecom, la división de telefonía móvil de Racal que hoy en día es toda una empresa en sí misma más conocida como Vodafone.
- La intervención británica que hizo que el proyecto de Craig Venter y Eric Hunkapiller de convertir al genoma humano en una información patentada por su empresa Celera Genomics fracasara.
- El lanzamiento de la sonda Beagle 2 con destino a Marte a bordo de la sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea.
El problema es que, al menos para mi, con estos ejemplos el autor no presenta un caso consistente en favor de su argumento, pues de hecho tres de las historias recogidas en el libro han terminado en nada, en especial la de la Beagle 2, perdida a su llegada a Marte a principios de 2004, mientras que Elite por su parte no parece haber creado una potentísima industria de desarrollo de juegos en el Reino Unido.
Sólo los casos de Vodafone, por su relevancia actual en el mundo de las comunicaciones, y el del genoma, por su contribución a que nuestro conocimiento sobre nosotros mismos sea un bien del dominio público, parecen haber tenido efectos a largo plazo.
Así que un libro entretenido de leer pero que en mi opinión falla a la hora de demostrar su tesis.