Por @Wicho — 7 de mayo de 2018

Chasing New Horizons

La época en la que vivimos será recordada para siempre como la era en la que los humanos emergimos de la cuna que es nuestro planeta para convertirnos en una especie con un lugar en el espacio.

El 14 de julio de 2015 la sonda New Horizons entró en los anales de la historia de la exploración espacial al convertirse en la primera en visitar Plutón, el único planeta* del sistema solar que nos quedaba por explorar.

Ese día marcaba el punto álgido de una historia que comenzó en 1989 cuando Alan Stern, el investigador principal de la misión –su responsable, en términos de la NASA– le propuso a Geoff Briggs, en aquel entonces director de la División de Exploración del Sistema Solar de la agencia, enviar una sonda a Plutón.

A Briggs le pareció una idea estupenda, pero construir y enviar esa misión fue cualquier cosa menos sencilla. Fueron necesarios 13 años de esfuerzo y seis propuestas distintas de misión para tan sólo conseguir la financiación para empezar a construirla, incluyendo muchas batallas libradas a causa de conflictos de interés de distintos científicos e instituciones que habrían querido hacerse con la misión que hacen palidecer cualquier culebrón.

Luego fueron cuatro años contra reloj para construir la sonda, un tiempo imposiblemente corto impuesto por la posición de Plutón en su órbita para no perder parte de los objetivos científicos de la misión, años en los que todavía hubo intentos de cancelar la misión… Y otros nueve años más de espera mientras la New Horizons viajaba hacia su destino y el equipo de la misión se preparaba para ese 14 de julio en el que la New Horizons tenia que alcanzar su destino con una precisión de nueve minutos y unos 100 kilómetros tras haber recorrido 5.000 millones de ellos para conseguir lograr todos sus objetivos… Nueve años que tuvieron un final de infarto cuando la New Horizons se «colgó» por primera vez en su historia apenas diez días antes de su llegada a Plutón, un problema que de nuevo hubo que solucionar casi sin tiempo para hacerlo.

La atmósfera azul de Plutón
Una de las muchas sorpresas que nos dejó la breve visita de la sonda New Horizons a Plutón fue la de descubrir que su atmósfera tiene una serie de capas azules.

Chasing New Horizons, un libro escrito por Alan Stern y David Grinspoon es la crónica de esta misión, desde que nació como el esbozo de una idea en la cabeza de Stern hasta su espectacular éxito y es absolutamente emocionante por mucho que sepamos como termina desde antes de coger el libro en las manos. No entra en excesivos detalles técnicos, aunque sí da los suficientes para entender el porqué de las cosas, sino que se centra más en el lado humano de la historia, lo que en mi opinión le da más fuerza aún. Personalmente, me enfadé con las jugarretas que les hacían, disfruté como un enano con sus avances, y, sobre todo, me emocioné leyendo la parte que trata del sobrevuelo de Plutón, casi tanto como aquel 14 de julio de 2015. Y es que a fin de cuentas, es la crónica de la primera misión al último planeta. Todo un logro para una sonda espacial con corazón de videoconsola.

Un libro total y completamente recomendable.

*Plutón era un planeta cuando despegó la New Horizons y la definición torticera y chapucera adoptada por la Unión Astronómica Internacional que hizo que dejara de serlo es como para no tenerla muy en cuenta pues de hecho supone que ningún planeta extrasolar pueda ser considerado un planeta porque no orbitan el Sol.

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