Por @Wicho — 11 de mayo de 2004
Hace algo así como 18 años regalé a un amigo mi ejemplar de una colección de relatos de Dino Buzzati titulada Las noches difíciles pensando en comprar otro para mi en cuanto tuviera ocasión, pero tal y como manda Murphy, el libro resultó estar descatalogado y nunca más di con un ejemplar, a pesar de buscarlo durante años por ferias de libros antiguos y usados y librerías de viejo, tanto físicas como con presencia en Internet.

Admito, por supuesto, que no puse en la búsqueda un empeño como el de los caballeros del Grial y que durante largas temporadas no hice ningún esfuerzo para encontrarlo, pero esta mañana, tras leer un artículo de Blanca Riestra en el que contaba una historia similar y como diez años de búsqueda terminaron cuando dio con hasta diez ejemplares del libro que buscaba en Iberlibro.com, donde yo ya había buscado mi libro desaparecido en varias ocasiones, decidí intentarlo una vez más y resultó que por fin había un ejemplar a la venta-

Y con todo lo grandes que son Internet y el mundo, resulta que lo tienen en una librería que está como a 500 metros de mi casa.

Llamé inmediatamente para reservarlo y esta tarde iré a recogerlo, pero ahora que, igual que la de Blanca, mi búsqueda ha terminado, me asalta la duda de si realmente el libro es tan bueno como lo recuerdo.

¿Será como un amigo al que no ves hace años pero con el que vuelves a conectar inmediatamente, o nos habremos convertido en dos extraños como a veces también pasa con los amigos?
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