Corazón de tinta. Cornelia Funke. Siruela, 2009. 608 páginas.
Mortimer Folchart se gana la vida encuadernando libros, pero más allá del dinero que gana con ello, es un verdadero enamorado de los libros.
Tanto que llega a desarrollar el poder de dar vida a los personajes de aquellos relatos que lee en voz alta, aunque no tiene ningún control sobre su poder, por lo que deja de usarlo, atemorizado por algunas cosas que pasaron cuando lo descubrió y por lo que pudiera pasar si sigue usándolo.
Mortimer vive con su hija Meggie, que no tiene ni idea del poder que posee su padre ni de los secretos que él le está ocultando, ni de lo que tuvieron que ver para que su madre no esté con ellos.
Pero una noche aparece en su casa Dedo Polvoriento, un personaje salido de un libro titulado Corazón de tinta gracias al poder de Mortimer, y a pesar de los esfuerzos de este por evitarlo a él ya su hija no les va a quedar más remedio que enfrentarse a las consecuencias de que Mortimer tenga el poder que tiene.
Tendrán que enfrentarse a un villano muy villano, secuaces de este muy malos y de no muchas luces, pero no sin contar con la ayuda de nuevos aliados y con las dudas de los verdaderos motivos que llevan a uno de los personajes a comportarse de manera muy ambigua, sin que quede muy claro si va o si viene, hasta un terrible enfrentamiento final…
Que deja las suficientes puertas abiertas como para que haya otros dos libros en la trilogía del Mundo de tinta, Sangre de tinta y Muerte de tinta.
Me pareció un libro entretenido, pero con un argumento y unos personajes un tanto previsibles una vez establecida la premisa de lo que estaba pasando, con lo que aunque me lo leí con rapidez no llegó a apasionarme.
De todos modos, seguro que leeré los otros dos libros de la trilogía.