Emergency! Crisis on the Flight Deck. Stanley Stewart. Airlife Publishing, Ltd. 1 de abril de 2003. Inglés.
Este libro recoge los relatos de varios incidentes graves en vuelo de aviones de pasajeros que a pesar del susto terminaron sin la pérdida de ninguna vida, resultado que en algunos de esos casos es poco menos que milagroso.
El caso más espectacular es quizás el del vuelo BA5390 de British Airways del 10 de junio de 1990, en el que una ventana mal instalada en la cabina de un BAC 111 One Eleven salió disparada en pleno vuelo, provocando una descompresión explosiva del avión que arrastró fuera al piloto, que en un primer momento queda enganchado por los pies al panel de instrumentos con el cuerpo completamente fuera del avión y luego es sujetado por distintos miembros de la tripulación hasta que el avión toma tierra y los bomberos pueden recogerlo y bajarlo al suelo.
La historia de este vuelo está además reflejada en el capítulo "Explosión en la cabina," de la serie de documentales Mayday: Catástrofes aéreas que puedes ver estos días en National Geographic Channel.
Que yo sepa hay además al menos dos películas basadas bastante fielmente en otras tantas emergencias recogidas en este libro:
- Mercy mission: the rescue of flight 771 [IMDB], que cuenta la historia de Jay E. Prochnow, el piloto perdido sobre el océano Pacífico en una Cessna 188 que es rescatado gracias a los esfuerzos de la tripulación del vuelo TE 103 de Air New Zealand, historia recogida en el capítulo 3 del libro
y
- Falling from the sky: flight 174 [IMDB], que cuenta la historia del Boeing 767 de Air Canadá que el 23 de julio de 1983 se quedó sin combustible en pleno vuelo y que consiguió aterrizar planeando en una base militar abandonada, historia que se narra en el capítulo 5 del libro.
El mayor problema que le veo al libro es una cierta falta de objetividad del autor, pues en el único caso en el que relata con algo de detalle un incidente que no involucra un avión occidental, un descenso en espiral involuntario y fuera de control de un Boeing 747SP de China Airlines, se limita a quedarse con la versión oficial que dice que el incidente se fue culpa de que el piloto tardó en reaccionar, y lo deja ahí, mientras que en todos los demás casos se afana en aclarar que la tripulación no tuvo culpa alguna y que son unos grandes profesionales.
Ojo, que la profesionalidad de esas tripulaciones es algo que no pongo en duda, pero conviene no olvidar que frente a una emergencia en vuelo es, no se, ¿como si les fuera la vida en solucionarla?
Y eso por no hablar del importante factor que puede jugar la suerte en casos como estos, como por ejemplo el 24 de junio de 1982, cuando un Boeing 747 que realizaba el vuelo BA009 de British Airways de Londres a Nueva Zelanda se metió en medio de una nube de ceniza volcánica y se quedó sin los cuatro motores durante casi un cuarto de hora.
El avión salió de la nube porque sin motores le era imposible mantener la altura, y así fue como pudieron ponerlos en marcha de nuevo, pero dado que no había habido ningún aviso de la existencia de esta nube, la tripulación no sabía de la que se acababan de librar y al ganar altura de nuevo para alcanzar un nivel de vuelo más seguro se volvieron a meter en la nube, perdiendo de nuevo el motor número 2. Volvieron a descender inmediatamente, claro, para continuar vuelo hasta Yakarta con los tres motores restantes.
Otra cosa con la que no estoy de acuerdo, pero que el autor sólo menciona brevemente al principio del libro, así que tampoco importa mucho, es que las medidas puestas en marcha tras los atentados del 11-S para intentar establecer perfiles previos de los pasajeros antes de que vuelen aumenten la seguridad en lo más mínimo.
¿O es que realmente esperan que un terrorista reserve un billete sólo de ida a su nombre o con uno de sus alias conocidos?
En cualquier caso, es un libro entretenido, al menos para "aerotranstornados", y probablemente recomendable para aquellos a los que les asuste volar.