En el peor de los casos, uno está en movimiento; y en el mejor,
Sin alcanzar un absoluto, en el que descansar,
Uno siempre está más cerca no quedándose quieto.
- de On The Move
de Thom Gunn
En movimiento – Una vida. De Oliver Sacks (2015). 378 páginas. En inglés: On the Move: A Life.
Ya admiraba a Oliver Sacks por sus libros de divulgación, pero leer su autobiografía no ha hecho sino confirmarme la gran persona que era.
Aunque contiene algunos flashbacks para poner cosas en contexto el libro arranca prácticamente cuando Sacks va a comenzar sus estudios universitarios, y termina en diciembre de 2009, poco después de que a los 76 años Sacks encontrara el amor de su vida.
Pero no es una biografía que cuente su vida hecho tras hecho sino que en lugar de eso va recorriendo sus emociones, sus sentimientos, sin cortarse.
Incluye pasajes tan íntimos y duros como cuando su madre se enteró de que era homosexual y esta le dijo que era una abominación y que deseaba que no hubiera nacido, como cuando estuvo enganchado a las drogas, o como cuando tuvo un orgasmo mientras daba un masaje en la espalda de un compañero de piso, lo que hizo que este rompiera toda relación con él, o cómo pasó 35 años sin mantener relaciones sexuales.
Cuenta lo tímido que fue toda su vida y como aún rodeado de gente se podía sentir perfectamente a solas e incluso desear que nadie se diera cuenta de que estaba allí…
Pero cuenta también cómo llegó a interesarse por la neurología y cómo descubrió su pasión por escribir, por la fotografía, o cómo de joven le encantaban las motos y la halterofilia, su amistad con poetas como W. H. Auden y Thom Gunn…
Es difícil hacer justicia a este delicioso libro, a este viaje al interior de la mente de lo que debe, sin duda haber sido una persona buena, así que lo único que me queda es recomendar encarecidamente su lectura, lectura que se complementa con El tío Tungsteno, que habla de su infancia, y con Gratitude, que recoge sus últimos ensayos, como My Own Life, el artículo en el que hacía público que tenía un cáncer terminal:
No intentaré hacer ver que no tengo miedo. Pero mi sentimiento predominante es de gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he devuelto algo; he leído y viajado y pensado y escrito. Me he relacionado con el mundo, de esa forma especial que lo hacen los escritores y lectores.
Sobre todo, he sido un ser sentiente, un animal pensante, en este bonito planeta, y ya solo eso ha sido un enorme privilegio y aventura.