Esperando al diluvio Por Dolores Redondo. Ediciones Destino (16 de noviembre de 2022). 588 páginas.
En el verano de 1983 el detective Scott Noah Sherrington consigue detener al asesino en serie John Biblia gracias a años de duro e incomprendido trabajo policial y a un golpe de suerte. Pero esa suerte se le termina cuando acaba de ponerle los grilletes a John pues un ataque al corazón lo fulmina. Sólo el providencial paso de una cuadrilla de cazadores poco después de que John haya huido impide que muera esa noche.
Para cuando recobra la consciencia en el hospital le informan de que John ha huido pero que nadie sabe a dónde. Y de que su corazón está muy estropeado y que a lo sumo le quedan unos meses de vida. De hecho lo jubilan de la policía.
Pero ya que va a morir, Noah no está dispuesto a dejar estar las cosas. Así que con la ayuda más o menos involuntaria de su compañero el sargento Gibson inspecciona los escasísimos rastros que ha dejado atrás John en su huída y llega a la conclusión de que se ha ido a Bilbao.
Así que siguiendo sus pasos se planta en el centro del universo el 18 de agosto de 1983, apenas unos días antes de la semana grande y de la gravísima riada que arrasó el centro de la ciudad. Allí tiene que trabajar solo porque no le ha dicho a nadie a dónde se iba; no tiene claro que fueran a creerlo porque más que pruebas tiene una corazonada.
Noah pensó en lo atroz que alcanzaba a ser el pensamiento de un detective, que podía llegar a convertir la posibilidad de un crimen inhumano en la confirmación de algo que necesitaba saber. Y el hecho de que la policía escocesa estuviese equivocada con su detenido, de algún modo, sería un triunfo para su ego. Eso lo hizo sentir aún peor.
Aunque pronto se hará con un par de aliados insospechados que le ayudarán a seguir tras los pasos del asesino al tiempo que intenta lidiar con su muerte inminente y que nadie más muera.
Me ha gustado mucho esta novela, a la que llegué a través de una recomendación de Juan Gómez Jurado, que de esto de los thrillers y de novelas de detectives sabe un rato. No sólo por la trama policial sino también por las reflexiones acerca de cómo nos enfrentamos a la muerte que presenta gracias al corazón de Noah. Y por cómo la autora se apoya en apoyarse en hechos y lugares reales para desarrollar la trama. Y es que aún no lo he dicho, pero John Biblia es un personaje tan real como Bilbao.
Me ha hecho además mucha gracia ir siguiendo las andanzas de Noah por la ciudad porque en los últimos años he pasado bastante tiempo allí y conozco todas o casi todas las calles y lugares de la ciudad que menciona. Y además en los agradecimientos sale alguien que conozco.
En fin, que una novela que entretiene y que también le habla a nuestro corazón mortal. Recomendada sin duda.
Eso sí, lo de los dos escoceses que hablan bien español a mediados de los 80 es casi digno de una novela de ciencia ficción dura.
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