Por @Wicho — 5 de abril de 2021

Portada del libro

A veces creo que hay vida en otros planetas y a veces pienso que no. En cualquiera de los dos casos, la conclusión es asombrosa.

– Arthur C. Clarke

¿Estamos solos? En busca de otras vidas en el Cosmos. Por Carlos Briones. Ilustraciones de María Lamprecht. Editorial Crítica 2020. 560 páginas.

Creo que cualquiera de nosotros, una vez que toma consciencia de que la inmensa mayoría de los puntos de luz que ve en el cielo nocturno son otras estrellas, tiene que hacerse la pregunta de si estamos solos en el universo. Pero para poder responderla necesitamos tener una definición de qué es la vida. Y aunque todos sabemos lo que es la vida definirla es en realidad muy complicado. Y definirla en términos que podamos convertir en instrumentos científicos que enviar en una sonda o en un telescopio espacial o conectar a un telescopio terrestre es aún más complicado.

Por eso Carlos empieza el libro buscando una definición de vida que nos sirva para el propósito de buscarla; no puedes empezar un viaje sin saber qué pretendes con él si pretendes no llegar a algún sitio sino que el viaje sea de provecho aunque no llegues a dónde esperabas. Luego repasa la vida en la Tierra, desde su origen hasta el momento actual, y lo que hemos ido aprendiendo de sus límites. Porque según hemos aprendido a mirar mejor hemos ido descubriendo que la vida llega a hábitats que hace unos años nos habrían parecido directamente incompatibles con la vida.

También nos cuenta qué otras alternativas a la vida puede haber basadas en otros elementos químicos distintos a los que sabemos que están detrás de toda la vida que conocemos, por muy rara que sea en sus manifestaciones. Es el momento –«Es vida, Jim, pero no tal y como la conocemos»– de Star Trek.

Y con estas herramientas partimos de viaje por el sistema solar para ver si en nuestro barrio se dan condiciones que consideremos favorables para la vida, no sin antes haber explicado qué precauciones tomamos, como buenos vecinos, para no contaminar otros astros con vida terrestre. Y del sistema solar a los planetas extrasolares y la posibilidad de encontrar vida inteligente en algún lugar del universo. Sin duda, al menos para mí, es la parte más evocadora del libro. No sólo por la dificultad que tiene definir la inteligencia –igual que la vida– sino por todas complicaciones que plantea el pensar en llegar a entendernos con unos seres que con toda seguridad no compartirían nuestros valores y referencias y nuestra biología.

El viaje que propone Carlos nos lleva tanto por los astros como por las misiones que hemos enviado a ellos como por relatos, libros, series y películas relacionadas con los temas tratados en cada uno de los capítulos que permiten disfrutar aún más del viaje. A riesgo de que The Pila pueda sufrir un colapso gravitatorio, claro. E incluye también entrevistas al final de cada capítulo con personas cuyo trabajo las hace especialmente relevantes que cierran de forma magistral cada uno de ellos.

No sé si nunca llegaremos a saber si estamos solos en el universo. O si hay vida más allá de nuestro planeta, que no es exactamente lo mismo que estar solos en el universo. Pero desde luego este libro es un muy recomendable recorrido por lo que sabemos de la vida de cara a quizás localizarla algún día más allá de ese punto pálido azul en el que vivimos.

Es, por cierto, un libro de esos que recomiendo comprar el papel para poder disfrutar al cien por cien de las imágenes que lleva y en especial de las ilustraciones que María Lampretch ha hecho para él.

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