Por @Wicho — 26 de enero de 2019

Hackers del espacio por Arturo Quirantes

En 2014, años después de que la NASA hubiera dado por más que amortizada la señal de sonda ISEE-3, de International Sun-Earth Explorer-3, Explorador Internacional Sol-Tierra 3, volvía a ser escuchada desde la Tierra.

Se sabía de los últimos contactos en 1999 que la sonda aún tenía bastante combustible en sus depósitos a pesar de las vueltas que se había dado por el sistema solar y que doce de sus trece instrumentos seguían funcionando.

Así que la NASA consideró por un tiempo intentar reactivar la sonda y volver a ponerla a recoger datos. A fin de cuentas una vez que tienes una plataforma con doce instrumentos en el espacio es una pena no utilizarla. Pero comunicarse con la ISEE-3 más allá de recibir su portador implicaba el uso de equipos que la agencia había retirado hacía tiempo, desenterrar información acerca de su funcionamiento, y dedicar personal a la tarea. Y la economía de la agencia no estaba para eso, así que finalmente las cabezas pensantes de la agencia decidieron que no iban a hacer nada.

Sin embargo un grupo de aficionados repartidos por todo el mundo –aficionados en el mejor sentido de la palabra– pensaron que si la NASA no lo iba a intentar igual ellos sí eran capaces de reactivar la sonda y ordenarle que cambiara su trayectoria para devolverla al punto de Lagrange L1 del sistema Tierra–Sol para que siguiera enviando datos a Tierra mientras pudiera.

Contra todo pronóstico los hackers del ISEE-3 Reboot Project se salieron con la suya, aunque sólo fuera parcialmente, y consiguieron no sólo reactivar la sonda sino que comenzara a hacer caso a las órdenes que la mandaban. Aunque desafortunadamente no pudieron reactivar los motores para conseguir que la gravedad de la Luna redirigiera la sonda hacia el punto L1. Con lo que a estas alturas ISEE-3 está en modo seguro en algún sitio del sistema solar… aunque quizás nos sorprenda dentro de muchos años volviendo a llamar a casa.

Basado en las anotaciones que Arturo Quirantes publicó en su blog acerca de la historia de ISEE-3 y de los hackers que se empeñaron en ponerla en marcha, aunque con material añadido, Hackers del espacio cuenta la historia de la sonda y del intento de recuperarla.

El libro tan sólo cuesta 6€, así que es una lectura muy entretenida y recomendable para cualquiera a quien le interese la investigación espacial o en la tecnología obsoleta: desenterrar la información sobre esta vieja sonda y conseguir que equipos modernos consiguieran funcionar con ella fue, quizás una de las partes más apasionantes de toda al historia.

Y aunque ISEE-3 esté en modo seguro los humanos que quisieron reactivarla siguen manteniendo en funcionamiento su cuenta de Twitter, @ISEE3Reboot.

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