Man Plus (Frederik Pohl, 1976). Versión electrónica por Orb Books, 2013. 5,10€. 270 páginas. Descatalogado en español.
A principios del siglo XXI la humanidad ha enviado misiones tripuladas a la Luna, Marte y Mercurio; también ha visitado la nube de cometas y ha estado en órbita alrededor de los gigantes gaseosos. Pero siendo como es también está a pocos años de verse involucrada en una nueva guerra global que puede ser la última. O al menos eso dicen los modelos informáticos que manejan los gobernantes de los superpoderes.
Curiosamente esos modelos también muestran un gran apoyo a la posibilidad de colonizar Marte. No de visitarlo, cosa que la humanidad ya ha hecho, sino de establecerse allí. Así que el presidente de los Estados Unidos pone en marcha y apoya a muerte un programa para hacerlo.
Pero este programa pasa por convertir un astronauta en un cyborg adaptado al planeta. La idea es que así no necesite un traje espacial ni habitáculos especiales para estar allí. Para ello están modificando el cuerpo de Will Harnett quitándole aquello que no necesitará y añadiéndole componentes mecánicos que le permitan vivir allí.
Roger Torraway es el tercero en la línea de reservas por si algo pasa con Harnett. Y algo pasa con Harnett, quien fallece tras una actualización de uno de sus sistemas. Pero como los dos sustitutos que van por delante de Torraway, por distintos motivos, están temporalmente fuera de juego, y la ventana de lanzamiento a Marte se acerca a Torraway le toca sustituir a Harnett.
Homo Plus (este es el título en español) narra el proceso de «cyborguización» de Torraway y todo lo que eso conlleva para él y para quienes le rodean. ¿Qué supone para una mente que la evolución ha moldeado para tener un cuerpo determinado encontrarse con un cuerpo y unos sentidos muy distintos? ¿Qué supone para una persona tener que ver sus percepciones mediadas por un ordenador. ¿Sigue siendo una persona? ¿Cómo puede saber que lo que percibe con sus nuevos sentidos, una vez filtrado por parte del ordenador lo que perciben sus nuevos sensores, es real?
«Sé la pinta que tengo», dijo él.
«Pero todavía eres tú, ¿no?» dijo Dorrie mientras miraba a la pared.
Pohl toca también otros temas como la ecología, el machismo, el matrimonio o la religión, aunque sin meterse tanto en ellos. Pero es sin duda una novela recomendable, aunque al leerla en la tercera década del siglo XXI hay que recordar que es de 1976.
Para mí ha sido uno de esos clásicos revisitados –la primera página del ejemplar en papel de mi blblioteca dice que lo compré en el verano de 1988– que no han perdido con el tiempo, como pasa con cierta frecuencia. Más bien todo lo contrario. O quizás es que soy yo el que es ahora más capaz de apreciarlo ahora que entonces, y eso que ya me había gustado.
