How to be Idle. Tom Hodgkinson. Editado por Hamish Hamilton. Agosto 2004. ISBN: 0241142512. Inglés. No puedo contar nada demasiado bueno de este libro porque me no ha gustado y me ha aburrido. De hecho, lo he dejado a medias, cosa que no suelo hacer. Pero curiosamente tiene muy buenas reseñas y valoraciones en varios sitios y un par de buenas amigas me lo habían recomendado como divertidísimo.
Tal vez será que el humor británico no es lo mío, o que me esperaba otra cosa. Suponía que el libro sería un entretenimiento sobre cómo pasar el tiempo si estás de vacaciones, o de año sabático o algo así.
El libro sobre «cómo estar ocioso». Pero en realidad ni siquiera es eso. Carece de puntos prácticos y mucho menos realistas. Es una sucesión de meditaciones y obviedades que el autor (editor de la revista The Idler, del mismo estilo) ha juntado en un libro organizado como si recorriera las 24 horas del día del «ocioso».
Repite cansinamente que la gente no debería trabajar sino dormir: dormir por la mañana, dormir la siesta, dormir por la noche… Y pasear, charlar, fumar, disfrutar de una buena comida, de unas copas, del té… Vale, eso estaría bien, pero es difícil intentar justificar por qué «deberías ser un vago redomado», que es la sensación que da.
Para rellenar las 300 páginas del libro Hodgkinson aprovecha para contar la historia de las costumbres sobre el sueño, de los horarios de trabajo, del tabaco, de la siesta y de todo lo que pilla de paso, por trivial que sea. Además aprovecha para colocar algunas citas que ha encontrado por ahí sobre gente famosa en actitudes ociosas.
Y con eso se acaba el libro. En fin, si a alguien le ha gustado que lo comente, pero lo que es a mi… Pues no.