Por @Wicho — 23 de Agosto de 2006

jPod

JPod. 4 estrellas: bueno Douglas Coupland. Bloomsbury, 5 de junio de 2006. ISBN: 074758222Xl. Español. El Aleph Editores, ISBN: 8476697481.

[Existe una edición limitada de 3.000 ejemplares de jPod que viene en una caja, con el libro firmado por el Santo Patrón, y que incluye un Cube edición especial jPod, pero parece que ya no quedan ejemplares, al menos en Amazon]

Ethan Jarlewski trabaja en una empresa de videojuegos y por alguna extraña peculiaridad del programa que utilizan el departamento de recursos humanos para adjudicar los puestos de trabajo él y todos los empleados de la empresa cuyo apellido empieza por J acaban sentados en el mismo grupo de cubículos, al que han bautizado jPod.

Allí se dedican a procrastinar de forma absolutamente profesional su trabajo inventando juegos, a menudo juegos matemáticos, o en su defecto desafíos que resolver usando Google -que es casi un protagonista más del libro de tanto que sale-, y excusas para hacer cualquier cosa menos trabajar, esperando sólo el próximo día de pago y que nadie les moleste demasiado, preocupados fundamentalmente de satisfacer sus deseos sin importarles demasiado cosas como que eso esté bien o no.

Cada uno tiene sus peculiaridades, que van desde una necesidad absoluta de pasar desapercibido de John Doe (es su nuevo nombre, antes tenía un apellido que empezaba por J), a la de acostarse con prácticamente todos los hombres que conoce, pero sólo una vez, de Bree, pasando por la manía de Mark de que todo lo que haya en su cubículo sea comestible, incluída la grapadora.

Además de esto, Ethan tiene que lidiar con su peculiar familia, compuesta por una madre enamoradiza que cultiva marihuana en el sótano de la casa familiar, un padre actor frustrado desesperado por conseguir un papel en el que por fin le den una frase, y un hermano dedicado a negocios de dudosa legalidad, lo que le llevará, entre otras cosas, a tener que ayudar a su madre a deshacerse del cadáver de un motero al que asesinó «por accidente» o a tener albergados en su casa un montón de inmigrantes ilegales chinos durante un tiempo.

De todos modos, todo parece ir razonablemente bien hasta que Steve, un nuevo ejecutivo, pone patas arriba el desarrollo del juego en el que están trabajando, lo que llevará a los habitantes de jPod a rebelarse y por una vez dedicarse con energías a algo, aunque en este caso sea sabotear el juego.

Por si eso fuera poco, Steve comete el error de enamorarse de la madre de Ethan más allá del efímero interés que ella es capaz de poner en sus relaciones y se pone un poco pesadito, por lo que esta no dudará en deshacerse de él usando un método poco ortodoxo, lo que al final obligará a Ethan a embarcarse en un largo viaje, viaje en el que conoce a Douglas Coupland, que se incluye como un personaje, y no precisamente encantador, de su última novela.

Sin que Ethan lo sepa, Coupland será muy importante para su futuro, para el de sus amigos, y para el de su propia familia.

Microsiervos 2.0

Como versión actualizada de Microsiervos las comparaciones entre ambas novelas son inevitables, y aunque jPod me ha gustado mucho, para mi sale ganando el original, en especial porque los protagonistas de Microsiervos se lo curraban y se buscaban la vida para montar una empresa propia, mientras que Ethan y compañía sueñan con el golpe de suerte que les solucione la vida, pero ni siquiera se esfuerzan mucho en dar con él, aunque eso también es probablemente un fiel reflejo de cómo han cambiado las cosas desde el crack de las empresas .com de hace unos años.

Cargado de los personajes un poco «de cómic» ya típicos de Coupland, humor, ironía y mala leche en buenas cantidades, y de montones de referencias geeks e empresas, sitios web y personajes de la cultura popular -es importante darse una vuelta por la web del libro para acabar de pillar muchas cosas e interpretar correctamente algunas páginas insertadas en el texto que aparentemente no tienen mucho sentido ni que ver con él- jPod no defraudará a ningún seguidor de Coupland ni a nadie a quien le haya gustado Microsiervos; es uno de esos escasos casos en el que segundas partes sí son buenas.

El curioso título cambiante de la novela

No se si ha sido por cuestiones de copyright, por temor a las hordas de abogados de una conocida empresa que fabrica varios productos cuyos nombres empiezan por i minúscula, en especial un muy popular reproductor de mp3, o es simplemente una paranoia mía, pero la en portada de la novela, al menos en las ediciones americanas e inglesas que he podido ver, el título está escrito como JPod, aunque tanto en el texto como la web del libro pone jPod todo el rato. En la edición española, para liar aún un poco más las cosas, la portada pone jPOD…

Aunque claro, todo puede ser cuestión de que se hayan liado entre diseñadores, editorial, agentes, y demás personas involucradas en publicar una novela.

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