Por @Wicho — 17 de septiembre de 2017

La Luna, fría y resplandeciente, nos acompaña desde que tenemos uso de razón; desde que tenemos conciencia de especie. Dejamos confiados que cada noche nos acune y vigile con su ronda desde el cielo mientras jugamos con ella a su perpetuo orí. Creemos conocer todos sus secretos, pero…

¿Qué es realmente la Luna?

¿Ha estado siempre ahí? ¿Por qué sólo nos muestra una de sus caras? ¿Qué nos oculta? ¿Por qué no hemos vuelto a ella desde 1972? ¿Qué ocurriría si su órbita se alterase súbitamente? ¿Sería posible la vida en la Tierra sin ella? ¿Y si su presencia en el cielo no es casual? ¿Y si está relacionada con la misma esencia del ser humano, con su despertar?

En el año 2020, al poco de comenzar a trabajar en el Proyecto de Medición Lunar Láser de la Universidad de Texas, Ken Dean descubre que la Luna no sólo está a más distancia de la Tierra de lo que dicen las cifras oficiales sino que además intuye que se está alejando a un ritmo cada vez más acelerado.

Pero cuando expone sus conclusiones al jefe del proyecto éste se encarga de poner en duda los resultados de sus cálculos y de desarmar su línea de investigación. Y es que lo que no puede imaginar Ken es no sólo que tiene toda la razón sino que se ha descubierto uno de los secretos mejor guardados desde hace décadas por gobiernos y algunas de las empresas más poderosas de todo el mundo.

De hecho hace años que hay en marcha un proyecto que pretende minimizar las consecuencias de ese alejamiento progresivo de la Luna de la Tierra, un ambiciosísimo proyecto que no va a reparar en gastos y cuyos responsables no van a pararse mucho en plantearse las consecuencias de lo que hacen porque sus acciones tienen un fin que ellos entienden que justifica los medios.

Total, sólo está en juego la supervivencia de la humanidad…

Mezclando hechos y datos reales con buenas dosis de ficción y usando lo que dicen algunas teorías conspiranoicas como nexo entre la realidad y la ficción de su novela, Rubén Azorín construye en Apogeo un complejo entramado de personajes y lugares, repartiendo la acción a lo largo de décadas, con saltos adelante y atrás, que poco a poco va cobrando cada vez más sentido hasta que al final todo encaja.

Eso sí, es necesario leer las dos partes para que esto suceda: Luna: Apogeo y Luna: Nuevo mundo. Cuestan tres euros cada una en Amazon.

Y ya sólo queda esperar a que Rubén termine con el tercer volumen de la saga para ver cómo termina todo.

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