Misterios a la luz de la ciencia. Varios autores; coordinado por Luis Alfonso Gámez. Universidad del País Vasco. ISBN: 9788498600810. Español.
A diario vemos como las pseudociencias gozan cada vez de más atención en los medios de comunicación, con brujas, adivinos, tarots, criaturas extrañas de todo tipo y fenómenos paranormales asomando su rostro en ellos en horarios de máxima audiencia -y ya sin meternos en los anuncios que a altas horas de la madrugada intentan sacar los cuartos a la gente prometiendo sanaciones milagrosas o adivinarles el porvenir- por lo que cualquier iniciativa que intente poner freno a esto es bienvenida.
Este libro intenta precisamente hacer eso, reuniendo textos de los biólogos Eduardo Angulo y Juan Ignacio Pérez, el biofísico Félix Goñi, el meteorólogo Jon Sáenz, el astrofísico Agustín Sánchez Lavega y el periodista Mauricio-José Schwarz, el autor de El retorno de los charlatanes, con una introducción de Luis Alfonso Gámez, que actúa como editor de la obra.
Los textos, escritos expresamente para este volumen, tratan de la búsqueda de vida extraterrestre, del monstruo del lago Ness y similares, de las témporas y su utilidad a la hora de realizar predicciones meteorológicas (voy adelantando que no la tienen), de los métodos utilizados por los charlatanes de todo tipo para vender como misterios cosas que no lo son, y de la relación entre las actitudes anticiéntíficas y las sociedades abiertas.
Al ser de autores y temas distintos cada lector disfrutará más de unos que de otros, aunque todos resultan en general interesantes; a mi, personalmente, me chocó un poco el capítulo dedicado al asunto de las témporas por parecerme demasiado específico aunque sirva de ejemplo para tratar como la sabiduría popular enuncia a menudo cosas como verdades absolutas que distan mucho de ser ciertas.
En cualquier caso, el índice se puede consultar aquí [PDF 64 KB].
El problema que le veo a este libro, y en general a todos los que intentan explicar las cosas de forma razonada a aquellos que optan por la irracionalidad es que son un poco como predicar en el desierto: Aquellos que han decidido optar por extraterrestres, yetis y similares no harán ni caso de lo que se dice en el libro; los que ya tenemos claro que no nos creemos nada de las pseudociencias y el «pensamiento mágico» que se cita en la tapa trasera quizás tampoco lo necesitemos…
Aunque de todos modos hay que reconocer el mérito a la Universidad del País vasco y a Luis Alfonso por perseverar con el proyecto y sacarlo finalmente adelante.
Por cierto que lo que echo cada vez más en falta en este tipo de obras es poder hacer clic en enlaces con más información, algo que obviamente en formato árboles muertos no se puede hacer, lo que me lleva a estar cada vez más convencido de que el futuro de las obras de referencia es cada vez más digital, aunque no necesariamente en lectores de libros electrónicos como el Kindle, con escasa interactividad, sino más en un soporte como un tablet con pantalla táctil similar a la del iPod Touch o a la del iPhone y conectado a Internet, aunque esto ya es materia de otra anotación.
Y en cualquier caso igual es cosa de tampoco hacerme mucho caso con esto de las previsiones tecnológicas, ya que como digo siempre en estos casos, yo fui de los que pensó que Steve Jobs había terminado con Apple cuando presentaron el iPod original.