Desde hace años Daniel viene publicando en su blog una serie de anotaciones que explican la relación entre distintas mitologías y la ciencia, el por qué de los nombres escogidos para nuevos descubrimientos e invenciones.
Del mito al laboratorio recoge esa idea e incluye 56 nombres –ya sean de diosas o dioses o de otros personajes– salidos en su mayoría de la mitología grecorromana, aunque hay algunos de la nórdica y otros de origen variado, y explica tanto la historia de los personajes como su relación con la ciencia. Así elementos químicos, naves espaciales, dinosaurios, asteroides, por citar algunos ejemplos, pasan por las páginas del libro para que sepamos de dónde viene su nombre y por qué tienen ese nombre y no otro.
No es un libro que haya que leer del tirón de principio a fin, aunque ciertamente se puede hacer así, sino que se puede ir leyendo por entradas y sin ningún orden especial más allá del que dicte nuestra curiosidad al ver el índice o el azar al abrirlo sin mirar, siempre aprendiendo un poquito con cada entrada, lo que es muy de agradecer.
Ciencia y cultura clásica juntas en un libro. Quién lo iba a decir (léase esta última frase en tono irónico).