Primates al este del Edén: El organismo humano a la luz de su evolución. Por Juan Ignacio Pérez. Editorial Crítica (15 de noviembre de 2023). 368 páginas.
La evolución nos ha hecho monos desnudos en el sentido de que tenemos mucho menos pelo y menos fuerte que cualquier de nuestros parientes más cercanos; monos con una anatomía que nos hace aptos para carreras de fondo aunque ya no corramos mucho; y, entre otras muchas cosas más, monos con unos encéfalos mucho más grandes que el de cualquiera de nuestros parientes, encéfalos que nos han permitido convertirnos en animales hipersociales gracias, en gran parte al desarrollo del lenguaje.
Las características que ha evolución ha ido «escogiendo» para nosotros a lo largo del tiempo no sólo nos han hecho tal y como somos, con toda una serie de consecuencias, sino que son determinantes de cara a cómo serán nuestros descendientes. Porque, como dice el autor al principio y al final del libro, citando a William Faulkner, «el pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado.»
Pero este no es un libro tradicional acerca de la evolución; de esos hay muchos y muy buenos. Y es que además no es esa la especialidad de Iñako. Lo suyo es la fisiología, el funcionamiento del organismo. Así que este libro se centra en contar cómo ha ido evolucionando el funcionamiento de nuestro organismo y cómo eso ha condicionado y condiciona nuestra estrategia vital, aunque no seamos conscientes de ello.
En biología nada tiene sentido si no es a la luz de la evolución.
– Theodosius Dobzhansky,
genetista y biólogo evolutivo
El problema es que los órganos y sistemas involucrados, a diferencia de huesos y dientes, apenas dejan huellas. Si es que dejan alguna. Así que el camino que nos hace recorrer es a través de lo mejor que podemos suponer a partir de los restos que conocemos de nuestros antepasados –aunque de algunos sólo contemos con un fragmento de una mandíbula– y por comparación con otros animales actuales de los que sí podemos estudiar su fisiología. En ese sentido no podemos tener certezas absolutas, pero sí hacer suposiciones muy fundamentadas que nos llevan desde ese Edén del que fuimos «expulsados» por cambios en la climatología a nuestro mundo actual. Y a nuestro yo actual no sólo desde el punto de vista físico sino también desde el punto de vista de nuestras mentes.
Aparte de echar un vistazo a nuestra historia como especie, lo que no es poco –ya el oráculo de Delfos preconizaba aquello de «conócete a ti mismo»– el libro está lleno de una miríada de detalles fascinantes sobre nosotros. Creo que el que más me ha sorprendido es el de saber que en los primates, cuando crece el tamaño del encéfalo, no crece el tamaño de las neuronas como por lo visto sucede en otros mamíferos, lo que explica que nuestros grandes encéfalos estén mucho más llenos de neuronas que los suyos aunque en algunos casos sean más grandes. También me ha sorprendido saber lo muy al límite que lleva al cuerpo de una mujer un embarazo. Pero hay pocas páginas del libro en las que no haya subrayado algún detalle que me haya llamado la atención.
En fin, un libro muy interesante que nos permite atisbar las múltiples razones que han permitido que el Homo sapiens, esto es, nosotros, sea la única especie de su género que no se ha extinguido. Lo que está por ver es cuánto tiempo conseguiremos que esto siga siendo así.
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