83 años, enfermedad de Alzheimer moderada
Azuquahe Pérez Hernández dice acerca del test del reloj:
…es una prueba fácil de aplicar e interpretar que nos sirve para detectar el deterioro cognitivo que se produce en muchas enfermedades neurológicas y psiquiátricas. Es independiente de la edad, cultura, lenguaje y nivel educativo. Pese a que su realización parece sencilla, sabemos que es una tarea muy compleja que requiere la participación de distintas funciones cognitivas como las funciones visuoespaciales, las ejecutivas, la memoria, la atención, el lenguaje,…
Para medir el grado de daño usamos distintas formas de puntuación, variables, que van desde 3 a 20 puntos. Se valora:
- La esfera: que sea circular u ovalada y que esté completa, sin grandes distorsiones o muy asimétrica.
- Los números: que estén todos presentes, en el orden correcto y colocados en el lugar que le corresponden (aunque se permiten pequeños errores espaciales, como colocar el 4 en el lugar del 3).
- Manecillas: que estén en la posición indicada y con las proporciones de tamaño adecuadas (la de la hora debe ser más pequeña).
A partir de esas premisas, se van sumando o restando puntos según la escala que se haya considerado. También pueden tenerse en cuenta detalles más subjetivos como el tamaño, errores de planificación, perseveración (dibujar más de dos manecillas, por ejemplo) o dificultades gráficas.
¿Y por qué las once y diez? Se han usado otras pautas horarias, pero esta nos permite valorar los dos hemicampos visuoatencionales (derecha e izquierda) y que no hay deterioro del pensamiento abstracto (un error muy común es situar el minutero en el 10 dado que se encuentra junto al 11, es una conducta «ligada al estímulo»).
Los relojes tienen un horario que cumplir es una exposición médica y humana sobre el tiempo, relojes y demencias que mediante los resultados del test del reloj aplicado a distintos pacientes intenta explicarnos qué son las demencias y cómo nos pueden afectar, no sólo como pacientes sino también como familiares y allegados de las personas que las sufren. Demencias que van más allá del Alzheimer e incluyen otras como demencias vasculares, demencias frontotemporales, demencias por cuerpos de Lewy, etc. Incluye también fotografías de pacientes, familiares y médicos hechas por Saúl Santos.
Para quienes no podamos ver la exposición hay un libro con el mismo título que, narrado a modo de historia a partir de la transcripción de las entrevistas de del doctor Alzheimer con Auguste Deter, la primera persona de la historia diagnosticada con esta enfermedad, va explicando las funciones congnitivas y cómo estas se van viendo afectadas por la enfermedad. Incluye también resultados del test del reloj de pacientes con distintas demencias y una pequeña selección de fotos como colofón.
Las explicaciones son perfectamente comprensibles para cualquiera que tenga un mínimo de interés en el tema, y se nota al leerlo el extremado cariño y respeto con el que está escrito. El precioso diseño de Julia Botanz Guimerá contribuye también al efecto de querer acercar a todo el mundo de una forma extremadamente delicada algo tan duro que nos puede afectar a cualquiera.