The Lord of the Sands of Time por Issui Ogawa.
A finales del siglo XXVI la humanidad se ha extendido por el sistema solar e incluso ha conseguido hacer llegar algunas sondas a otras estrellas.
Pero el ataque devastador de unos alienígenas la pone al borde de la extinción, y cuando 62 años después de que la Tierra fuera arrasada parece que por fin están volviendo a ganar terreno los alienígenas cambian de estrategia y viajan hacia el pasado para acabar con la humanidad aún antes de que saliera de la Tierra.
Para evitar esto son creados varios miles de ciborgs con apariencia perfectamente humana y dotados de inteligencia artificial que son a su vez enviados al pasado.
Sólo que en un momento dado algunos de ellos ven que la estrategia que están siguiendo no es la más adecuada y se escinden del grupo principal para probar otra forma de luchar contra los alienígenas.
Meterse en el berenjenal de los viajes en el tiempo es siempre complicado, pero en este caso creo que al autor se le ha ido un poco de las manos, ya que hay algunas limitaciones que él mismo se inventa pero que no aplica de forma muy consistente.
Los guerreros temporales también se comportan, sobre todo al principio, de forma muy curiosa, ya que aunque son indistinguibles de los humanos y están dotados de todo el conocimiento de la humanidad, no saben, por ejemplo, vestirse, lo que es bastante WTF.
La humanidad tampoco se entera de que los alienígenas construyen un disco de medio millón de kilómetros de diámetro para evitar que la Tierra reciba la luz del Sol. Medio millón de kilómetros, no medio kilómetro.
Y así unas cuantas cosas más que hacen que si bien tampoco acabes por dejarla porque la novela es corta tampoco sea, ni con mucho, de esas que te dejan huella.