Por @Wicho — 21 de marzo de 2020

Un mundo brutal por Peter ChadwickUn mundo brutal por Peter Chadwick. Phaidon, 2016. 35,24€. 224 páginas.

Desde muy pequeño a Peter Chadwick le fascinaron las construcciones de hormigón que veía en el noroeste de Inglaterra dónde creció. Con los años llegaría a averiguar que pertenecían a la arquitectura brutalista y a desarrollar una especie de obsesión por fotografiar este tipo de edificios.

Con su material y con el que iba encontrando por Internet montó una cuenta de Twitter llamada This Brutal House (@BrutalHouse). Y al final terminó por editar This Brutal World con Phaidon.

A lo largo de sus más de 200 páginas hay fotografías de varios centenares de construcciones de este estilo repartidas por todo el mundo –el brutalismo fue muy popular en el bloque del este, por ejemplo–. A cada una la acompaña un breve pie de foto con el nombre del edificio, su ubicación, año de construcción y el de la persona o estudio que lo diseñó.

Detalle del interior del libro - Peter Chadwick/Phaidon
Detalle del interior del libro - Peter Chadwick/Phaidon

Echo de menos que indique cuales siguen de pie o no, pues el estilo cayó durante unos años en desgracia, por no hablar de los estragos que la meteorología y la falta de mantenimiento puede tener en ellas. Pero siempre es un acicate para buscar más información en Internet.

En cualquier caso es un libro precioso con unas fotografías alucinantes que aparte de para pasar un rato admirando la belleza de estos edificios puede servir para planificar viajes futuros. Cuando podamos movernos de nuevo. Porque como dice el autor en la breve introducción el brutalismo ha pasado de representar la utopía a la distopía y de nuevo a la utopía.

La arquitectura brutalista, por cierto, aunque a veces parezca salida del mundo del Juez Dredd, no tiene nada que ver con el término brutalidad en español; es un falso amigo. Tiene su origen en la expresión francesa béton brut u hormigón crudo, pero que fue adaptada al inglés por el crítico de arquitectura británico Reyner Banham como brutalism, y de ahí al brutalismo.

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