Por @Wicho — 5 de junio de 2017

Travesía Aérea por Mark Vanhoenacker

A veces me preguntan si no encuentro aburrido pasar tantas horas en la cabina […] nunca he tenido la sensación de que puede haber una forma mejor de pasar mi vida laboral; de que debajo de mí existiera otra forma de tiempo por el que pudiera cambiar mis horas en el cielo.

Travesía aérea – Un viaje con un piloto. Capitán Swing 20 de marzo de 2017. 326 páginas.

De pequeño Mark Vanhoenacker hacía maquetas de aviones, iba de vez en cuando con sus padres a ver aviones a un pequeño aeródromo rural en Massachusetts, y cuenta que la parte que más disfrutaba de los viajes familiares era volar, cuando tocaba ir en avión. Incluso tomó algunas lecciones de vuelo durante su adolescencia. Pero aunque quería ser piloto nunca imaginó que iba a terminar siéndolo porque le parecía que eso era un poco como querer ser astronauta: una idea muy atractiva pero poco práctica.

Así que fue a la universidad y se licenció en historia. Pero tras haber decidido plantar sus estudios de postgrado en historia africana tuvo la oportunidad de visitar la cabina del avión en el que volaba de vuelta de Nairobi a Londres y la conversación que mantuvo con el primer oficial de aquel vuelo le hizo caer en la cuenta de que su destino sí era ser piloto.

Se buscó un empleo como consultor para conseguir ahorrar el dinero que le permitiera devolver sus préstamos de estudiante y ahorrar lo suficiente como para pagarse la formación como piloto y en 2001 entró en el programa de formación de British Airways. Se graduó como primer oficial en el Airbus A320 y en 2003, con 29 años, hizo su primer vuelo como primer oficial entre Londres y Glasgow. Hoy en día sigue volando con British, pero ya como primer oficial de Boeing 747, lo que le ha llevado a recorrer el mundo a lo largo y a lo ancho.

Aunque nunca ha llevado un diario Mark lleva adquirió la costumbre de tomar notas acerca de lo que ve y de lo que siente en vuelo, en especial en los autobuses que lo llevan del aeropuerto al hotel después de llegar a su destino. En el hotel las organiza y poco a poco se fueron convirtiendo en este libro, un libro en el que se aprecia sin lugar a dudas que para él ser piloto no es una mera profesión sino la pasión de su vida.

Travesía aérea está divido en varios apartados (Sustentación, Lugar, Encontrar el camino, Máquina, Aire, Agua, Encuentros, Noche y Retorno) en los que explica desde lo que se siente al ver tantos lugares distintos del mundo cada pocos días a cómo funcionan los sistemas que le permiten a un avión determinar su posición pasando por cómo es la vida social de las personas que forman parte de las tripulaciones que nos llevan de un lado a otro del mundo y lo que mueve a las personas a viajar.

Pero lo explica para se una forma inteligible y atractiva para todo el mundo, desde aerotrastornados a apasionados de la meteorología pasando por viajeros empedernidos, por poner algunos ejemplos. Como él mismo dice

Escribí Travesía aérea para recordar a los viajeros, pero también a mí mismo, cuan extraordinario es poder partir volando de una ciudad, ver la verdadera escala y belleza del mundo desde arriba, y después descender hacia una ciudad que en otros tiempos estaría increíblemente lejos. Es así de sencillo cuando levantas la persiana: estamos cruzando los únicos cielos, el único planeta, que jamás conoceremos. Espero no acostumbrarme nunca.

Y sí, cuando vuela como pasajero, Mark siempre pide un asiento de ventanilla porque sigue maravillándose con lo que ve o con lo que vemos otros que siempre pedimos asiento de ventanilla; de hecho le puedes enviar fotos hechas a través de la ventanilla porque le encantan.

De lo poético–filosófico a lo técnico, pero siempre muy bien escrito, este libro es una verdadera delicia absolutamente recomendable tanto para aerotrastornados como para personas que no saben que lo son pero que pueden sentirse perfectamente identificadas con la sensibilidad del autor.

Hay una muy interesante entrevista con él a cargo de Antonio Martínez Ron –más conocido como aberron– en «A veces veo amanecer cinco veces en el mismo día», y a Mark puedes encontrarlo en Twitter como @markv747.

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