Tumult in the Clouds. Por James Goodson. Penguin 2016. 217 páginas.
James A. Goodson nació en Nueva York en 1921 de padres británicos. Al terminar el instituto en 1939 decidió ir a Inglaterra a visitar familiares suyos; luego fue a visitar París. Y allí es dónde lo pilló el principio de la Segunda Guerra Mundial. Consiguió pasaje de vuelta a los Estados Unidos en el SS Athenia, que fue hundido el 3 de septiembre por el submarino alemán U-30. De las 112 víctimas mortales 88 eran mujeres y niños que huían del conflicto en Europa. Esto hizo que Goodson decidiera que quería involucrarse en la lucha contra Alemania, así que se presentó voluntario como piloto para la Real Fuerza Aérea británica (RAF).
Tras su entrenamiento en Canadá por parte de la Real Fuerza Aérea Canadiense el 6 de junio de 1942 se unió al 416 Escuadrón (canadiense), que volaba Spitfires. El 24 de agosto fue transferido al 133 Escuadrón (uno de los escuadrones Eagle, formados por voluntarios estadounidenses). El 29 de septiembre su unidad fue integrada en la USAAF (Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos), con lo que Goodson pasó a formar parte del 4º Grupo de Caza, en el 336 Escuadrón, la que sería su unidad durante el resto de la guerra. En enero de 1942 comenzaron a volar con P-47 Thunderbolt; y en enero de 1944 se pasaron al P–51 Mustang.
Durante todo este tiempo Goodson vio acción sobre Europa, incluyendo el raid de Dieppe y el desembarco de Normandía. Cuando fue derribado el 20 de junio de 1944 mientras ametrallaba el aeropuerto de Neu Brandenburg había derribado 15 aviones enemigos y destruido otros 15 en tierra.
Este libro recorre su historia como piloto de caza desde el día en el que el Athenia fue hundido hasta que, después de ser capturado tras su derribo fue enviado al Stalag Luft III, dónde se reunió con muchos de sus compañeros que habían sido derribados antes.
No es una historia cronológica de su carrera en la RAF, luego la USAAF y luego la USAF, aunque empieza contando lo del Athenia y termina con los hechos posteriores a su captura. Pero por en medio más bien va dedicando capítulos a hablar de algunos de sus compañeros. En ellos va contando tanto cómo eran en tierra como en el aire; y cómo era la vida de los pilotos en aquella época en la que eran conscientes de que cada día podía ser el último; cuenta también cómo eran las tácticas que usaban en el aire. E incluye unas buenísimas descripciones de como eran los combates aéreos.
Un libro muy recomendable y entretenido para quienes sufrimos de aerotrastorno; llegué a él recomendado por otro aviador, así que iba sobre seguro.