Por @Alvy — 17 de julio de 2007

Ventas-Ciudad-Lineal4 estrellas: totalmente entrañable Ventas-Ciudad Lineal en el recuerdo y Álbum de Fotos (1900-1960). Ediciones Nova. Me crucé con estos volúmenes en una librería del barrio, y como últimamente me estoy interesando por las fotos del Madrid antiguo fueron rápidamente asimilados. Ambos tratan sobre la zona de Madrid en que vivo actualmente, que se debate entre cierta historia antigua (la zona de las Ventas del Espíritu Santo, donde actualmente está la Plaza de Toros) y lo que a principios de siglo fue la «modernidad»: la conocida como Ciudad Lineal promovida por el urbanista Arturo Soria.

Los libros son bastante completos respecto a la historia reciente de la zona, narrada por sus protagonistas, vecinos longevos, y recopilada por el autor a lo largo de más de diez años gracias a colaboraciones de todo tipo de gentes. El libro En el recuerdo está organizado por calles: se describe cada vía de principio a final, primero una acera y luego la otra. Para darle ritmo se intercalan algunos textos sobre otros temas: profesiones, berbenas, el cementerio, los tejares, los tranvías, juegos de época y otros. Cada calle del barrio tiene sus curiosidades: cambios de nombre según los tiempos; locales y tiendas; gente que vivía allí con sus nombres y motes; anécdotas y detalles, algunas realmente legendarias. La M-30 era un río, el Arroyo Abroñigal; el negocio principal de la zona ademá de las ventas eran los tejares, que fabricaban ladrillos; había vaquerías y traperías; hubo tranvías tirados por caballos, a vapor y eléctricos. Las historias varían entre lo divertido, lo puramente histórico y lo entrañable, sobre todo porque narran en ocasiones épocas difíciles y de carencias para el barrio y sus gentes. Una de las más impactantes es la historia de la gente que iba «de balde» en el tranvía:

Había un billete especial, muy recordado y usado por los vecinos, el «de tope» o «de balde», donde los chavales y no tan chavales viajaban de esta manera [en el exterior del vehículo] ahorrándose unos céntimos. Para ello se agolpaban en el «tope» de los tranvías, no faltando por ello cantidad de accidentes, muchos de ellos mortales, dejando, en cualquier caso, un buen número de brazos y piernas amputados. Por este trágico motivo, hubo en el barrio muchos vecinos con apodos como «el Cojo», «el Cojete» , «el Manco», «el Manquito», etc. producto de algún tipo de accidente con los tranvías que circulaban por el barrio.

El libro está aderezado con fotografías en blanco y negro, la mayoría de gente de varias generaciones, otras que muestran el urbanismo, las chabolas, calles, calzadas y fachadas (mis favoritas sin duda). Esto permite tener una mejor idea de cómo cambiaron y crecieron las calles y el papel que jugó la Compañía Madrileña de Urbanización (que también gestionó algunas de las líneas de tranvías). Muchas de las calles de Ciudad Lineal cercanas a Alcalá llevan precisamente nombres de los accionistas de la CMU, la mayor parte propietarios de terrenos que fueron adquiridos para el proceso urbanístico de la zona.

Del primer libro se han publicado ya siete ediciones. Ello dio lugar a la publicación del segundo volumen, un complemento ideal, que recopila fotografías aportadas por todos los vecinos. Tan solo con imágenes y textos descriptivos, en formato más grande, es principalmente visual. Ver imágenes tan antiguas de gente desconocida pero en cierto modo cercana es una extraña sensación sobre la memoria histórica de una época y un lugar en cierto modo cercanos. Las fotos están agrupadas por temas: niños, vecinas y vecinos, profesiones, colegios, bodas y comuniones, oficios, comercios, viviendas. Algunas no revisten mayor interés por ser demasiado personales (aunque los vecinos más mayores las apreciarán) pero aun así son curiosas. En una época en la que la fotografía era casi un lujo los fotógrafos callejeros captaban principalmente momentos «especiales». La gente casi siempre aparece sonriente, generalmente en momentos festivos, con sus ropas más elegantes, aunque a veces se adivine la penuria del contexto. En ocasiones es intrigante divagar sobre qué más se podría adivinar detrás de cada fotografía, más allá del texto al pie de la imagen.

Se puede leer algo más sobre el libro en Cuando las fotos se vuelven sepia (Palinuro) y una entrevista con el autor en la web de la editorial: Luis Puicercús Vázquez. Como vive por el barrio dicen que si te lo encuentras puedes conseguir que te firme los libros, así que a ver si me lo cruzo algún día y tengo oportunidad de felicitarle por tan entrañable obra. Como dijo el alcalde de Madrid: «sería interesante que todos los barrios de la Madrid tuviesen un libro parecido.»

Actualización (16 de junio de 2011): La Ciudad Lineal de Arturo Soria: un experimento visual, un fotoblog sobre la Ciudad Lineal antes y ahora.

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