Por @Wicho — 24 de mayo de 2022

En el vídeo I found Katherine Johnson's actual calculations at NASA de Tibee se puede ver un pequeño análisis de la publicación de 1960 Determination of azimuth angle at burnout for placing a Satellite Over a Selected Earth Position de la NASA. Está firmada por T. H. Skopinski y Katerine G. Johnson, una de las Figuras ocultas de la agencia.

El trabajo bien podía haber llevado solo el nombre Kopinski, y de hecho su supervisor le dijo que lo firmara él. Pero Kopinski, que tenía que salir de viaje, dijo que no solo podía terminarlo ella para dejarlo listo para su publicación sino que además debía firmarlo pues había hecho la mayor parte del trabajo. Y así se convirtió no solo en el primer trabajo firmado por ella de un total de 26, sino que además es el primer trabajo firmado por una mujer para la agencia.

Katherine Johnson en su mesa del Centro de Investigación de Langley - NASA
Katherine Johnson en su mesa del Centro de Investigación de Langley - NASA

En él lo que hacen es explicar el método que permite calcular el azimut -el ángulo respecto al ecuador– y la inclinación necesarios al lanzar un cohete para colocar su carga útil en un punto determinado tras un número determinado de orbitas. Se calculan en función del punto de lanzamiento y de la duración prevista del encendido de los motores del cohete que lo va a poner en órbita.

Son cálculos hechos a mano, quizás con el apoyo de una calculadora mecánica Friden STW10 junto con una tabla de logaritmos. Los logaritmos –que no algoritmos en este caso– sirven para simplificar cálculos porque, grosso modo permiten convertir multiplicaciones en sumas y divisiones en restas. Para ello, además, en la época se usaban tablas de logaritmos que permitían convertir los números con los que querías operar en sus logaritmos.

Esas tablas y sus posibles errores son las que obsesionaron durante tiempo a Charles Babbage y las que le llevaron a pensar en construir la máquina de diferencias y luego la máquina analítica. Con la inestimable ayuda de Ada Lovelace, la primera programadora de la historia, la máquina analítica podía haber sido el primer ordenador de la historia. Pero eso es algo que no tocaba en nuestra línea temporal.

Para demostrar la validez de los resultados y del método utilizado el trabajo de Johnson y Kopinski los compara con los arrojados por un ordenador IBM 704 obtenidos mediante otro método. Y resulta que son muy similares, tanto como para que cualquiera de los dos se puedan considerar válidos. De hecho, John Glenn, antes de su lanzamiento, pidió que Katherine Johnson repasara los cálculos hechos por el ordenador porque se fiaba más de ella que de la máquina. ¿Quién necesita ordenadores si hay computadoras?

Katherine G. Johnson es una de las mujeres de la historia de la NASA que iba a estar en el set de figuras de Lego que las conmemora, aunque al final declinó ser incluida en él. A cambio, hay un centro de cálculo de la NASA que lleva su nombre, igual que lo llevó la cápsula de carga Cygnus 15.

Tibees está en Twitter como @TobyHendy.

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