Por @Alvy — 1 de marzo de 2011

¿Cuánto se ahorrará realmente con la medida de reducción de velocidad en autopistas y autovías de 120 Km/h a 110 Km/h? ¿Y cómo puede un problema que parece de matemáticas básicas arrojar tantas respuestas distintas según quién lo analice? Los factores son solo unos pocos: número y tipo de coches, velocidades máximas y medias, algo de ingeniería sobre motores, rendimientos y consumos, algo de estadística, un poco de economía…

Tampoco son cálculos aeroespaciales para poner algún chisme en órbita, pero por alguna razón parecen elusivos –o incluso están rodeados de cierto secretismo– incluso para los expertos. Estos son los mejores, en cualquier caso, que he leído por ahí en estos días:

Hoy nos acordamos de que hace años publicamos algo sobre de dónde surgieron los límites actuales en España: de c a 130 Km/h, luego a 100 y finalmente al 120 Km/h actual – hasta dentro de unos días.

Y hay tres detalles sobre los que no he visto apenas valoraciones, si acaso se ha hecho alguno o debieran considerarse en los cálculos: el primero, en cuánto se valora –y si ha de tenerse en cuenta o no– el tiempo extra que necesitará la gente para madrugar más y llegar a los sitios a su hora (12 euros/hora, según Teletransporte), algo así como el concepto de «productividad perdida». Segundo, los efectos colaterales beneficiosos en cuanto a emisiones de CO2 (aunque esto sea un tema aparte). Tercero, el –probablemente– menor número de accidentes que habrá debido a la menor velocidad de circulación. Todo esto plantea otra cuestión hipotética: ¿Si se comprobara que la nueva medida aumenta por alguna razón –aunque sea debido a factores extraños– el número de víctimas mortales en carretera, haría algo el Gobierno al respecto?

La verdad: me ha decepcionado un poco que tras varios días no se haya publicado un estudio matemático detallado sobre cómo se ha calculado el ahorro (o cómo se debería calcular) a pesar de que es cierto que conlleva ciertas dificultades por su propia naturaleza.

Otra pequeña decepción son las teorías conspiranoicas sobre recaudación de multas, radares y demás; a veces me recuerdan la frase aquella que podría ahora parafrasearse como:

¿Y qué pasa si eso del ahorro de combustible es un engaño y estamos creando un mundo mejor para nada?

Actualización (1 de marzo de 2011): Jorge nos pasa un enlace a 110 en Aloisiusblog, donde está tratado en parte el asunto «el tiempo es dinero» que forma parte de esta polémica.

Actualización (2 de marzo de 2011): Mientras tanto, tal y como nos indica Atila en un correo, en otros países se plantean aumentar el límite de velocidad para «acortar los tiempos de los viajes y ayudar a la economía».

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