El futuro será difícil, pero… ¿qué importa? También el pasado fue difícil, y esas dificultades no evitaron que pudiera convertirse en el actual presente tolerable.
En la Librería del Congreso han escudriñado los archivos para dar con esta página del The New York Times del año 1922, en la que el escritor británico W.L. George lanzaba sus predicciones sobre cómo sería el mundo un siglo después, nuestro 2022: What the World Will be Like In a Hundred Years. Y el buen hombre no lo hizo nada mal: diría que un 75 u 80 por ciento de sus predicciones son acertadas.
W.L. George se caracterizaba por ser feminista, pacifista y estar a favor de los obreros, algo que se deja entrever en algunas de sus predicciones, como es natural. Entre otras cosas dice sobre 2022 que…
- Los rayos x han sido un invento revolucionario. Probablemente habrá muchos rayos nuevos en 2022.
- Los vuelos comerciales en avión serán algo común, reemplazando a los barcos, por ejemplo de Londres a Nueva York en 12 horas, incluso es concebible que en sólo 8 horas. [El récord actual para un avión comercial son 4 horas y 56 minutos; con el Concorde supersónico eran menos de 3 horas.]
- Los camiones reemplazarán a los trenes.
- No habrá apenas cables en el cielo, gracias a la telefonía y telegrafía sin hilos. Incluso puede que la energía se transmita también sin cables.
- El carbón se habrá agotado, así como el petróleo, pero podremos extraer energía del Sol y del radio y otras como la energía atómica.
- Las películas de cine serán en color y con voz.
- Las ciudades crecerán pero mantendrán los edificios más antiguos e históricos.
- Las familias vivirán en edificios en alguna especie de cooperativa, porque el problema del servicio doméstico será inmanejable.
- No habrá más humos por la desaparición del carbón, quizá incluso del tabaco.
- Las paredes y suelos de las casas serán de un material que pueda «pelarse» para irlo limpiando.
- En 2022 la comida se podrá tomar en píldoras, cuatro al día.
- Las familias seguirán existiendo, pero los niños pasarán pronto a trabajar para el Estado.
- Existirá el control de natalidad y será legal en todas partes.
- Las mujeres mandarán en la familia y podrán cursar sus propias carreras y acceder a cualquier trabajo, aunque no estarán igualadas a los hombres porque es difícil eliminar 30.000 años de esclavitud.
- Será más fácil divorciarse.
- Seguirá habiendo repúblicas y monarquías. Los reinos de España, Italia, Holanda y Noruega puede que caigan.
- Los Estados nacionalizarán carreteras y ferrocarriles, puertos, agua, electricidad y otras industrias.
- Los conflictos bélicos serán menos habituales.
- Estados Unidos tendrá unos 240 millones de habitantes. [La cifra actual: 330 millones.]
Resulta interesante que como en otras predicciones similares se acierte en las grandes generalidades: derechos de la mujer, «muchos rayos nuevos», tecnologías inalámbricas… pero fallen los detalles: píldoras para comer, vuelos de avión de 12 horas, «energía sin hilos». También se pasan por alto revoluciones muy superiores a otras de las que menciona, como las computadoras, internet o diversos campos del entretenimiento (como los videojuegos), pero hay que reconocer que todo esto era quizá mucho más difícil de profetizar.