Por @Alvy — 13 de febrero de 2019

Aeropuerto (CC) Alvy

A raiz de una noticia en CNN Travel acerca de que Lufthansa estaba demandando a un pasajero por «saltarse» un vuelo estuve leyendo algo más sobre el fenómeno del skiplagging («saltarse vuelos») que mucha gente usa para conseguir viajar de forma más barata en avión. El truco para ir de A a B es tan simple como comprar un billete que vaya de A a C pasando por B y no utilizar el tramo que va de B a C. Aunque parezca anti-intuitivo muchas veces ese vuelo ABC es más barato que el AB (!!) y la gente lo sabe: basta utilizar los buscadores de vuelos con algo de paciencia para encontrar chollos. Y luego simplemente no aparecer en la puerta de embarque.

Debe ser parecido a algo que se solía hacer –supongo que quizá todavía se hace– que es comprar ABA pero usar sólo AB o BA porque por alguna misteriosa razón sale más barato… A veces extrañamente más de la mitad de barato (!) Así que comprando un BAB completas la jugada y el ahorrillo.

El asunto es de tal calado que hay quien ha inventado aplicaciones específicas para buscar este tipo de vuelos: Skiplagged, que se menciona en la noticia, es una de ellas. El asunto cabrea como monos a las aerolíneas –lo cual habrá a quien le de gustirrinín– y de hecho United Airlines y Lufthansa y otros han demandado al creador de Skiplagged y a algunos pasajeros, además de que los «persiguen» denegándoles las «millas» de sus tarjetas fidelización, no vendiéndoles billetes, etcétera. (Hasta el punto de que en el contrato de condiciones de venta se prohibe específicamente saltarse vuelos, pero claro, a ver quién demuestra que «no apareciste» a propósito, o incluso que esa cláusula sea válida).

Naturalmente el skiplagging tiene sus desventajas: no se puede facturar equipaje (porque iría hasta el final del trayecto), sólo se puede usar en el viaje de vuelta (normalmente cancelan todo el billete si no se aparece en el embarque de un tramo) y si lo usas siempre y «te pillan» pueden denegarte ventas en el futuro. Así que mejor no ir de listillo y decirle a nadie que vas a saltarte un vuelo que forma parte del trayecto.

Skiplagged simplemente automatiza un truco que se debe a una ineficiencia, mal algoritmo o a problemas de concepto de quienes venden los productos. ¿Por qué ABC es más barato que AB? ¿No podrían vender BC por otro lado si saben que alguien va a usar sólo AB pagando por ABC? ¿Por qué cada persona que viaja en un avión paga un precio distinto y a veces parece que está todo envuelto en misterio y alquimia? ¿Hacer esto es «trampa» pero vender constantemente con overbooking es una práctica aceptada? ¡Oh, vamos! Todo esto es bastante discutible –y por eso hay tantos casos en los juzgados– pero está por ver que lo del skiplagging les cause algún perjuicio real a las aerolíneas. De hecho el joven creador de Skiplagger cree que en vez de quejarse deberían añadir ese conocimiento a sus algoritmos: qué porcentaje de gente va a «saltarse un vuelo», para poder vender más y mejor. Y todos contentos.

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{Foto (CC) Alvy}

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