Por @Alvy — 6 de noviembre de 2012

Una gran injusticia automovilística: en esta pieza de vídeo se explica en qué consiste el denominado atasco de tráfico fantasma, primero observando el tráfico rodado de un cruce de autopistas en Reino Unido desde una gigantesca grúa y después con una simulación animada.

El efecto en cuestión consiste en un atasco que se produce aunque no haya excesivo tráfico rodado en la misma vía – de ahí el apelativo de «fantasma». Digamos que sería normal que hubiera atasco si dos autopistas confluyen en una sola y hay demasiados coches para su capacidad; en cambio a veces se observan atascos aunque haya suficiente espacio para todos los coches que circulan por ella.

Las observaciones de los expertos y las simulaciones indican que todo lo que hace falta es que un solo coche circule demasiado cerca de otro y tenga que disminuir su velocidad pisando un poco el freno. No hacen falta accidentes, ni saturaciones ni nada parecido. De ahí que lo de «respetar la distancia de seguridad» sea tan importante para evitar accidentes como para evitar la formación de atascos.

El frenado produce un «efecto en cadena» en el resto de coches, que han de reaccionar del mismo modo – llegando incluso a detenerse. La forma en que se propaga el atasco hacia atrás es simplemente más lenta que la capacidad de reacción/recuperación de los coches que van delante: por eso el atasco crece y crece.

El efecto final es que aunque quien provocó el atasco puede seguir adelante sin problemas, puede que haya generado un atasco monumental detrás de su vehículo con sus acciones. ¡Ah, qué mundo más injusto el de las autopistas!

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