Por Nacho Palou — 14 de enero de 2014

Un turismo convencional con orugas en lugar de ruedas no es mucha novedad. Plantear el cambio de rueda a oruga casi sobre la marcha, como quien se para a poner las cadenas para la nieve o a desconectar los cubos de la tracción total, es otra cosa.

El resultado del montaje de las Track N Go es bastante pintón y se las promete en un vehículo bastante divertido de conducir — pero también es cierto que el coche no hace mucho más allá de lo que podría hacer per se o con neumático de invierno. Es más, montar y desmontar las orugas es bastante engorroso en realidad. Ah, y las orugas cuestan tanto como un coche, unos 25.000 dólares.

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