Por @Alvy — 17 de octubre de 2006

¡Ajá! Se confirman nuestras sospechas sobre si era verdad eso de qué los precios parecían un poquillo más altos desde que en vez de pesetas manejamos euros como moneda: una barra de pan cuesta un 177% más que en el año 2001 (0,75€ frente a 0,27€). Casi el triple. El café solamente ha subido un 141%, bastante más del doble. La ternera de primera por suerte sólo hay subido un 38%. </ironic> Los datos provienen de un estudio de la asociación de consumidores española CEACCU.

Desde hace algunas semanas un grupillo de gente nos estamos dedicando a guardar en Flickr fotos retocadas que muestran carteles de precios escandalosos de diversas cosas, expresados en pesetas, en vez de en euros, para resaltar el efecto de la transformación: ¿Qué tal 1.400 pesetas por cocacolas y palomitas en el cine? ¿O 2.060 pesetas por dos cafés jamaicanos? El grupo se llama En Pesetas y cualquiera puede participar enviando sus fotos. Todo esto partió de un jocoso pero no por ello menos cierto comentario de Garrafablog: precisamente sobre la experiencia cotidiana de comprar una barra de pan:

Actualización: César es panadero y lector de Microsiervos. La cita sobre el precio del pan le llegó al alma y nos ha querido explicar su punto de vista desde el otro lado del mostrador, que sin duda merece ser escuchado y reproducido:

No voy a opinar sobre los demás productos, por la sencilla razón que desconozco los costes que se derivan de la explotación de los mismos. Pero sí lo haré sobre el pan. Llevo la administración de una empresa familiar con once puntos de venta. El pan sube, sí, pero ¿a caso los panaderos somos mas ricos? NO. ¿Y eso a qué es debido? Pues a que el precio del Kw se ha encarecido de una manera espectacular, del gas mejor no hablemos, de los costes del trabajador (no del coste que representa directamente su prestación de servicios, sino de las cuotas de seguros sociales que hay que pagar, aproximadamente un 40% sobre el salario bruto), de que la productividad del trabajo en españa me resulta algo hasta gracioso (por lo que lo que podría hacer un trabajador tienen que pasar a hacerlo dos), de que el precio de la harina se incrementa sin cesar, alegando los proveedores que es algo que sucede por un periodo de malas cosechas (me pregunto yo: ¿las malas cosechas llevan durando 4 años? ¿Cómo es que después de tanto tiempo, los precios no se han reajustado? Por favor, que nadie piense en los costes de distribución de la harina, y que por haber subido el precio del crudo se han encarecido. Os aseguro que la cosa no va por ahí).

Sí, efectivamente el pan se ha encarecido, pero me quebranto la cabeza a diario para encontrar la fórmula maravillosa que nos devuelva la solvencia que durante años hemos disfrutado, y que ahora, con el pan tan encarecido, irónicamente ha desaparecido. Lo encarecemos porque nos lo encarecen.

Mención aparte y para acabar: la aparición de la competencia desleal: gasolineras que venden pan, supermercados que venden pan, hasta en alguna papelería cerca de accesos a transporte público he llegado a ver venta de pan. El trozo de pastel que toca por cabeza es más pequeño. Los gastos son mayores. ¿Cómo se puede bajar el precio?
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