Por @Alvy — 11 de Septiembre de 2007

Los bostezos son una de esas cosas realmente curiosas de los seres humanos: no se sabe muy bien para qué sirven ni cómo funcionan. Simplemente suceden. Se suele bostezar por cansancio, sueño o aburrimiento, pero puede ser en otros momentos. Al hacerlo se estiran los músculos, se lagrimea, se saliva, se abren las trompas de eustaquio y suceden otras cosas vagas e imprecisas.

Al parecer todos los animales vertebrados bostezan en mayor o menor medida; en algunas especies más los machos que las hembras (entre humanos ambos sexos con igual frecuencia).

A nada que veas vídeos de bostezos sentirás en tu propio cuerto otra propiedad de los bostezos, a saber: que son contagiosos con solo verlos.

Según nos contaron, bostezar es una técnica que utilizan algunos actores antes de empezar una escena para concentrarse, porque es una forma de que llegue mucho oxígeno al cerebro.

La mención a lo del oxígeno me resultó curiosa porque la había oído alguna otra vez mencionada de pasada. Intentando comprobar qué había de realidad y qué de leyenda urbana o folclore me fui a la Wikipedia a comprobar qué se sabe sobre el Bostezo. Allí se dice que eso del oxígeno es sólo una de los hipótesis, pero que no parece que sea la más correcta. Tal vez «regular la temperatura corporal» sea más aproximada a la realidad, aunque hay quien sostiene también que los bostezos están provocados por los mismos procesos que regulan las emociones. El artículo no es concluyente.

Sobre el «contagio de los bostezos» dice que aunque es un hecho comprobado no se sabe tampoco por qué se produce ni para qué sirve. Se especula con que, por ejemplo, entre animales podría servir para sincronizar mediante «señales de cansancio» las ganas de dormir de un grupo o manada.

El colmo de los datos curiosos apunta a que cuando los bostezos llegan producen llegan en tandas. Según la Wikipedia el intervalo entre bostezo y bostezo varía alrededor de «68 segundos». No querría caer en el Argumentum ad Wikipediam y tal vez ese dato es un vacile de alquien que lo escribió por ver qué pasaba (y además esa entrada no cita muchas fuentes). Pero me parece que afinar tanto, tanto, con precisión de un segundo el intervalo típico entre bostezos es un poco exagerado. De todos modos la próxima vez… auuhhhmmmm… lo cronometraré.

Actualización (12 de septiembre de 2007): Naturopata nos envió un par de artículos de BBC Mundo sobre los bostezos: No es aburrimiento, es empatía, que sostiene que las personas más empáticas bostezan más y Para mantenerse alerta, bostece sobre la teoría de bostezar para mejorar la temperatura corporal. Uno de los estudios originales ahí mencionados es Yawning as a Brain Cooling Mechanism, PDF. Más: Esteve nos apuntó dos detalles adicionales: se cree que en quirófano, cuando un paciente bosteza, lo más probable es que se esté hipotensando (que la tensión arterial le esté bajando, casi nunca falla). También dice que bostezan mucho los que padecen síndrome de abstinencia de la heroína. Más: Martín leyó en Cuestiones curiosas sobre ciencia de Scientific American la referencia a que los bostezos son una especie de función vestigial: en las épocas pre-lenguaje se utilizaban para manifestar un cambio interno de nuestro cuerpo. No indican necesariamente que tengamos sueño, simplemente que el cuerpo se prepara para una etapa del día. Por ese motivo se cree que son «contagiosos»: al mostrar que estas «reorganizandote», y por lo tanto indefenso, los demás comparten contigo ese momento, dándote a entender que no van a aprovechar ese momento de debilidad en tu contra. Más: Jorge nos apuntó que el hecho de bostezar cuando se ve a otra persona hacerlo se llama ecocinesis: imitación involuntaria de gestos vistos a otras personas. Más: Marta encontró una película de un anuncio llamada Telecom Bostezos que también es bastante simpática e ilustra el «contagio».

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