Por @Alvy

Cómo es vivir desde el punto de vista de la densidad en una ciudad respecto a otra… o respecto al tranquilo y solitario medio rural

City Density es una interesante y a la vez sencilla herramienta para comparar la densidad de población entre diferentes ciudades. Así una persona que vaya a trasladarse puede saber si la vida en el otro lugar dará la sensación de mayor «concentración humana» o más bien de un poco de aislamiento. O, por qué no, cuánto ha de alejarse del centro de una ciudad para estar en un sitio relativamente poco densamente poblado.

Lo primero es introducir los nombres de las ciudades en el recuadro; se pueden poner muchas, aunque no todas están, solo las más grandes. En la gráfica aparecerán cada una en un color distinto. Normalmente el eje horizontal muestra la distancia desde el centro de la ciudad (en kilómetros) y el vertical la densidad de población por kilómetro cuadrado.

Como opciones están variar el rango de distancias y, lo que es más importante: la métrica que define la densidad. Esto es porque la densidad varía mucho según lo que se considere «ciudad». ¿Incluye zonas suburbanas? ¿Si tiene un parque gigantesco eso cuenta como superficie? ¿Y si la ciudad rodea a un lago o una bahía? Por esto se puede elegir entre densidad «tal cual», densidad ajustada a la población total, densidad excluyendo zonas acuáticas (por ejemplo un lago o río en medio de una ciudad), etcétera.

Los datos provienen de la Global Human Settlement Layer y la NASA. Me ha parecido interesante cómo las zonas centro de Barcelona y Madrid están entre los más densos que he visto, incluso más que Tokio o Nueva York. Hay que irse a El Cairo o ciudades de la India para encontrar algo que las supere. La razón es que nuestras ciudades son más compactas y, en promedio, altas; en otros países suelen tener gigantescas superficies en edificios de poca altura.

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Por @Alvy

Una aplicación para crear una infografía de tu vida semana a semana

Your Life in Weeks es una versión en forma de aplicación web de la visualización creada por Tim Urban en 2014 con el mismo, que también recrearía Gina Trapani. El objetivo: crear una infografía a modo de cronología de tu vida, fácil de leer y entender.

La idea de que cada cajita represente una semana es realmente práctica. En la aplicación lo que se puede hacer es introducir dato a dato, ya sea una fecha concreta o un periodo.

Otro detalle interesante es que se pueden añadir automáticamente tus fechas de cumpleaños, los grandes eventos mundiales y marcar los eventos como públicos o privados, por si acaso quieres compartir la cronología. Se pueden introducir textos largos, que aparecen al pasar el ratón por encima, y también exportar los datos.

Para mi lo mejor es poder apreciar de un vistazo cómo la vida tiene un tiempo finito, cómo los bloques son muchos pero limitados y cómo hay un límite inexorable, que en este caso parecen ser tu 100º cumpleaños.

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Por @Alvy

Un colección de diapositivas de los años 70 y 80 acerca del arsenal nuclear de EE.UU., estrategias de defensa y capacidades militares soviéticas

En un sitio con el precioso y descriptivo nombre de Beautiful Public Data se cuenta cómo el periodista Sam Biddle compró unas prometedoras viejas cajas con materiales gráficos en eBay y se encontró con un montón de diapositivas de 35mm sobre la Guerra Fría que resultaron proceder del mismísimo Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Convenientemente seleccionadas por su valor histórico y estético, digitalizó 400 de ellas y las ha publicado bajo el título Cold War Military Slides. Al parecer procedían del «archivo personal» de un antiguo oficial de la base aérea de Kirtland, y publicarlas hoy en día ya no supone un problema.

Están todas disponibles en el Archivo de Internet, liberadas para el dominio público. Es sabido que Archive.org da facilidades a todo aquel que quiere aportar contenidos destacados o de forma voluminosa, lo que ha permitido rescatar muchísimas colecciones interesantes.

En la colección hay un poco de todo, incluyendo infografías sobre las capacidades armamentísticas soviéticas y del resto del mundo, planos técnicos de misiles, fotos de centros de control… También hay un estudio sobre los logos, emblemas y tipografías.

Un curioso repaso visual a la Guerra Fría que ya causaba inquietud por aquello de las armas atómicas, algo que no sé qué tal llevaríamos hoy en día de darse las mismas circunstancias.

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Por @Wicho

Portada de la novela en español en la que aparte del título se ve un violín dorado que tiene mucha importancia en la trama sobre un cielo nocturnoAmsterdam: Historia de la ciudad más liberal del mundo. Por Russell Shorto. Katz Barpal Editores S.L. (14 de noviembre de 2016). 349 páginas. En inglés.

Desde hace unos años alguien de mi familia más directa vive en Ámsterdam. Por eso he visitado la ciudad en unas cuantas ocasiones ya pero no como turista. O no del todo. Y también gracias a las vivencias en el día a día de esta persona he podido ir comprobando que quienes habitan esta ciudad son, cuando menos peculiares. Aunque también sé que nosotros se lo parecemos a ellos.

Por eso tenía interés en saber de dónde viene esta peculiar forma de ser. Y gracias a la recomendación de Pablo, que lleva ya diez años viviendo en los Países Bajos e incluso se ha casado con una neerlandesa di con este libro, que me ha encantado.

Pero me ha encantado no sólo por lo que cuenta del origen de la ciudad y de la forma de ser de quienes la habitan –tiene mucho que ver, cómo no, con el esfuerzo comunitario para construir literalmente el país robándole terreno al mar– sino porque me ha servido para darme cuenta de que muchas de las cosas que damos por sentadas en las democracias modernas las inventaron en allí. O aquí, porque estoy escribiendo esta anotación en Ámsterdam.

Cosas como el liberalismo bien entendido que da importancia a las libertades individuales; cosas como un estado del bienestar que busca ayudar a los menos afortunados a partir de un sistema solidario, aunque no sea voluntario, mantenido por el estado; cosas incluso como las empresas cotizadas en bolsa o el propio capitalismo.

Así que aunque no tengas a nadie viviendo en Ámsterdam o aunque nunca hayas pisado la ciudad, recomiendo mucho la lectura del libro.

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El enlace a Amazon lleva nuestro código de asociado, así que si compras el libro o alguna otra cosa tras haberlo seguido es posible que cobremos algo en forma de comisión. Pero como siempre si lo compras en la librería de tu barrio nos parecerá igual de estupendo.

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