Por @Alvy — 12 de mayo de 2015

Foto: Alta Corrupción (CC) Carlos Daniel Gomero Correa @ FlickrAEON publicó un largo artículo titulado Natural Police hablando de corrupción y teoría de juegos: su planteamiento, estrategias, las ventajas de la cooperación y cuestiones como el dilema del prisionero y otras de las que hemos hablado muchas veces por aquí.

También hay una referencia a Power and Corruption, un trabajo de Francisco Úbeda y Edgar Duéñez-Guzmán quienes en 2010 publicaron al respecto en su trabajo como investigadores en la Universidad de Tennessee.

Entre otras cuestiones interesantes se destaca una posible solución según los modelos estudiados a partir del comportamiento de las abejas, las células del cuerpo y algunas comunidades online: en vez de permitir que los «policías» (lo cual podría referirse a policías y fuerzas del orden, políticos u otros poderes) se conviertan en corruptos, trata de convertir en «policías» a todo el mundo:

(…) Así es como funcionaría en la práctica: imaginemos una ciudad en la que los policías cometen evidentes infracciones de tráfico y nunca se multan los unos a los otros. Las autoridades podrían romper con esa desigualdad desarrollando un sistema online en el que cualquier ciudadano pudiera informar de forma anónima acerca de los conductores peligrosos. Y cualquiera que recibiera demasiados avisos independientes sería merecedor de una investigación – incluida la policía. Suena ridículamente simple, pero según los modelos matemáticos es el «truco» que basta para todo funcione. Después de todo, es esencialmente la misma estrategia que ya funciona en muchas comunidades online.

Es interesante que todo esto tenga que ver con las diversas iniciativas relacionadas con los denominados alertadores / delatores / reveladores de secretos / denunciantes (whistleblowers), no necesariamente entre periodistas y fuentes, sino también a otros niveles, que están detrás de servicios como WikiLeaks y SecureDrop o Fíltrala o Buzón X como alternativa –o complemento– a las páginas de Colaboración ciudadana de la Policía Nacional.

{Foto: Alta Corrupción (CC) Carlos Daniel Gomero Correa @ Flickr}

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