Por @Alvy — 7 de octubre de 2019

Este promovídeo del Faber-Castell es probablemente uno de los más gozosos, satisfactorios y que más gustirrinín me han dado de los que he visto en la última temporada. Y es que lo tiene todo: maquinaria de precisión, los grandes protagonistas del material de papelería –los lápices– y colores variados. Una combinación a la que le han añadido movimientos de producción en cadena, música épica y algunas explicaciones para lograr un vídeo tan adictivo como satisfactorio, a falta de un término mejor.

El vídeo incluye tres «capítulos» o fases de la fabricación: las minas, los lápices (madera) y estampación exterior. Se puede ver cómo son las materias primas (grafito, arcilla), los moldes de madera en que se colocan y prensan las minas y cómo se secan en las diversas fases y luego se aplica la estampación… además del meticuloso afilado, que ya es gustoso de por sí. Momentos de éxtasis hay muchos, pero me quedo con el operario acariciando las minas en 00:55 y ese lugar de gozo que debe ser la habitación de secado de 03:35.

El vídeo tiene una gran producción y videografía, aunque no sé si tienen muchas fábricas o sólo la que se ve en las imágenes, ni si todas serán igual de entrañables y apetecibles o el resto estarán más robotizadas y tendrán menos toques vintage. Desde luego sería un lugar de culto para visitas de fans de los «procesos de fabricación de cosas», si acaso admitieran visitantes. (Nota: a punto estuve de meterme en una planta de procesamiento de tomates estas vacaciones, donde sí que había «visitas guiadas».)

En el vídeo dicen que en 257 años que tiene Faber-Castell calculan que han producido en total 2.300 millones de lápices, lo cual es una cifra bastante llamativa, se mire como se mire.

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