Por @Alvy — 25 de marzo de 2016

El complejo militar excavado en una montaña que hemos visto desde hace décadas en películas como Juegos de guerra o en series como Stargate existe: se conoce como Complejo de la Montaña Cheyenne y está en la montaña del mismo nombre, en Colorado. Bueno, más exactamente 600 metros de granito por debajo de su superficie.

El complejo en cuestión es una combinación de puesto de control, centro de información y búnker habitable para situaciones extremas: en caso de ataque nuclear o invasión alienígena estar ahí dentro debe ser lo más parecido a comprar un ticket de lotería premiado. Su labor principal mientras llega el día del juicio final es recopilar información sobre el espacio aéreo de todo el planeta: aviones, misiles e incluso satélites.

Lo describen como «el sistema nervioso de todas las fuerzas militares de los Estados Unidos»; cualquier chisme que vuele o esté dando vueltas a la Tierra envía sus datos o es detectado por algún radar y esos datos llegan aquí. En cierto modo, sería como el telescopio más poderoso del mundo… pero sin telescopio. Por información que no falte: se rastrea hasta la basura espacial que orbita la Tierra.

Para entrar en esta pequeña ciudad hay que atravesar alguna de las puertas de 25 toneladas y un metro de grosor que once barras hidráulicas aseguran a la pared de granito. Según los ingenieros el centro soportaría una explosión nuclear de 30 megatones a 2 km de distancia (comparativamente, la explosión sobre Nagasaki liberó 100 kilotones, es decir, 300 veces menos energía). Irónicamente, esas puertas permanecen siembre abiertas; la última vez que se cerraron fue con motivo del 11-S.

Aquí hay un vídeo antiguo de los años 70 en los que con voz de documental de la Guerra fría se explican más cosas sobre el complejo: Fort Bliss: Heart of Army Air Defense [a partir de 06:50]. Y aquí hay otro más moderno bastante completo: NORAD Base Cheyenne Mountain.

Cheyenne Mountain NORAD Complex
Un día cualquiera monitorizando sistemas de detección de misiles estratégicos, aviones y satélites
Foto: U.S. Air Force / Airman 1st Class Krystal Ardrey

En el interior de la «pequeña ciudad» la dotación unas 200 personas que trabajan allí tiene un poco de todo para sobrellevar su día a día como en todo búnker que se precie: equipo de bomberos, hospital, cantina, gimnasio, tienda y hasta una capilla. Principalmente trabajan en él ingenieros de comunicaciones e inteligencia correlacionando todos los datos que se reciben, para reenviárselos a los mandos superiores. El búnker es completamente autónomo en cuanto a la electricidad, el aire acondicionado y el agua; un grupo militar se encarga de que funcione el 99,999% del tiempo (en otras palabras: sólo puede fallar 5 minutos al año).

Alrededor del complejo también hay lagos subterráneos un helipuerto y diversas carreteras, algunas con zonas de picnic, campos de fútbol y cancha de baloncesto. Por lo que se ve en algunas fotos incluso hay fotos de algunos turistas que se acercan por allí a visitar las instalaciones.

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