Tim Wu comenta en el blog de Lawrence Lessig como en un concierto de Black Eyed Peas se organizó un follón a la entrada cuando al público no se le permitió la entrada con teléfonos móviles que tuvieran cámara.
Las opciones eran dejar el teléfono a la entrada o irte a casa, a instancias de la RIAA y de unos enormes carteles que decían
Absolutely No Cameras.Vale que intenten defender los derechos de sus representados, pero a nadie con dos dedos de frente se le ocurriría pensar que esta prohibición puede incluir los móviles con cámara.
Fotografiar un concierto es muy difícil, aún usando una cámara y objetivos medianamente decentes; pensar que alguien puede sacar dinero a fotografías hechas con un móvil es ridículo, aunque claro, tampoco es la primera vez que la RIAA hace cosas ridículas.
(Vía MobileTracker.)